El Gobierno argentino resaltó ayer que el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, goza de inmunidad, después de que un juez federal abriera una investigación el miércoles en respuesta a una denuncia presentada por Human Rights Watch en relación con el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Bin Salmán llegó el miércoles a Buenos Aires, con un séquito de 400 personas y cuatro automóviles blindados, para participar este fin de semana en la cumbre del G-20. Desde su llegada permanece acantonado en la embajada saudí en la capital argentina, según informaron medios locales.

El asesinato de Khashoggi amenaza con convertirse, junto a la crisis de Ucrania, con uno de los temas que tapen la agenda de una reunión que debía centrarse en las guerras comerciales, el calentamiento global o la igualdad de género. El presidente francés, Emmanuel Macron, apuntó ayer en Buenos Aires que en el G-20 habrá oportunidad de comentar la muerte de Khashoggi y pidió "sanciones concretas" contra Arabia Saudí.