Las elecciones locales de 2019 han lanzado de nuevo al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, a la caza de enemigos. En el plano interior, el líder turco ordenó ayer la detención de 276 personas por supuestos vínculos con la organización del clérigo islamista Fethulá Gulen, a quien responsabiliza del fallido golpe de Estado de 2016.

En el exterior, Erdogan anunció el lanzamiento de una ofensiva contra la región siria de Manbech (norte) si EE UU no retira por completo de la zona a las milicias kurdosirias YPG, aliadas de Washington. El Pentágono advirtió que considerará "inaceptable" cualquier acción militar unilateral en Siria, lo que augura un nuevo deterioro de las relaciones.