Miles de personas honraron ayer en Berlín a los líderes comunistas Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht en el centenario de su asesinato en 1919 por paramilitares, que puso fin a la "revolución espartaquista". El cementerio de Friedrichsfelde, donde se encuentran sus tumbas, fue el escenario del homenaje, con presencia de la cúpula de La Izquierda, el partido que aglutina a poscomunistas y disidentes socialdemócratas. En la foto, la placa en el lugar en el que Rosa Luxemburgo fue arrojada a un canal del río Spree cubierta de flores.