La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, superó hoy una moción de censura presentada por la oposición laborista y planea explorar ahora opciones alternativas a su acuerdo del Brexit, sin descartar pedir una extensión del plazo para abandonar la Unión Europea (UE).

May superó hoy por solo 19 votos la moción de censura contra su Gobierno planteada en el Parlamento por el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn.

Por 325 frente a 306 votos, May obtuvo la confianza de la mayoría de la Cámara de los Comunes, un día después de perder por un amplio margen la votación sobre el acuerdo del Brexit al que ha llegado con la Unión Europea (UE).

Tras conocer el resultado, la primera ministra afirmó que continuará trabajando para "cumplir con la solemne promesa" de materializar el resultado del referéndum, en el que los británicos votaron por abandonar la UE.

"Tenemos la responsabilidad de identificar un camino hacia adelante que nos permita obtener el apoyo de esta Cámara", agregó la jefa de Gobierno, que reiteró su intención de conversar con el resto de fuerzas políticas para tratar de encontrar un terreno común.

El ala más euroescéptica de los conservadores, así como sus socios del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), respaldaron hoy que May continúe al frente del Gobierno, a pesar de que se opusieron el martes a su pacto sobre las condiciones de salida de la UE.

Ambos grupos le exigen que regrese a Bruselas para obtener concesiones sobre el mecanismo de salvaguarda irlandesa, diseñado para evitar una frontera en Irlanda del Norte, a pesar de que la UE se ha mostrado hasta ahora contraria a reabrir el acuerdo, sellado a finales de noviembre.

Con esta victoria, May aleja por ahora posibilidad de que se convoquen unas elecciones generales, como exige Jeremy Corbyn.

La primera ministra cuenta con un plazo legal hasta el próximo lunes para regresar al Parlamento y exponer un "plan B" de cara al Brexit, que se materializará, si no se pacta con Bruselas una extensión del plazo, el próximo 29 de marzo.

Mientras, el resultado de la moción de censura hace que el líder laborista esté bajo presión por parte de una facción de su partido para respaldar un segundo referéndum sobre el Brexit, una opción que solo contempla, según ha insistido hasta ahora, si falla su objetivo de forzar unos comicios.

La ley no impide, con todo, que el líder de la oposición presente una nueva moción de censura en las próximas semanas si cree que tiene opciones de prosperar.

Corbyn aspira a llegar al Gobierno para renegociar con la UE un acuerdo de salida que forje una "nueva y amplia unión aduanera", que asegure una relación estrecha con el mercado único y proteja los estándares europeos en cuanto a empleo y medio ambiente.

Los "tories" euroescépticos desean asimismo reabrir las negociaciones con Bruselas, pero su plan pasa, en cambio, por que May pida a la UE que retire del actual acuerdo la cláusula de salvaguarda para Irlanda del Norte.

Argumentan que ese mecanismo, diseñado para evitar una frontera entre las dos Irlandas, puede dejar al Reino Unido atado a las estructuras comunitarias mientras no se defina la futura relación comercial entre el Reino Unido y la UE, lo que puede tardar años.

La Comisión Europea (CE) insistió hoy, sin embargo, en que no prevé reabrir la negociación sobre el pacto de salida al que los 27 socios comunitarios restantes dieron luz verde en noviembre.

Ante el bloqueo en el que se encuentra el proceso del Brexit, May espera comenzar a reunirse en las próximas horas con representantes del resto de fuerzas británicas para tratar de determinar qué tipo de pacto podría obtener el respaldo de la mayoría de la Cámara de los Comunes.

Un portavoz de Downing Street, despacho oficial de May, puntualizó que una de las líneas rojas que el Ejecutivo conservador no está dispuesto a negociar es la pertenencia a una unión aduanera comunitaria.

"Los principios que nos gobiernan al iniciar este diálogo es que queremos poder hacer nuestros propios tratados comerciales (con terceros países), y eso es incompatible con una unión aduanera", indico a los periodistas ese portavoz.

Durante el debate sobre la moción de censura laborista, May argumentó asimismo en contra de unas elecciones y de un nuevo referéndum.

En su opinión, ambas opciones crearían división y la alejarían del objetivo de cumplir con el resultado de la consulta de junio de 2016, en la que el 51,9 % de los votantes optaron por abandonar la UE.

Advirtió asimismo de que si no se llega a un consenso, el Reino Unido se verá abocado a abandonar la UE de manera no negociada dentro de 72 días, el plazo que marcan el artículo 50 del Tratado de Lisboa y la propia legislación británica.

La primera ministra rehusó descartar la posibilidad de pedir a Bruselas una prórroga, pero advirtió de que esa opción solo sería aceptada si el bloque comunitario considera que Londres cuenta con un plan con posibilidades de ser ratificado.

Ante la incertidumbre en torno al futuro político del Reino Unido, la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, esgrimió por su parte que "los intereses de Escocia" solo estarán protegidos con la "independencia".

La líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), cuyos 35 diputados en Westminster votaron en contra del acuerdo de May, insistió en su petición para que se celebre un nuevo plebiscito sobre el Brexit, lo que también han defendido los liberaldemócratas y 71 de los 256 diputados laboristas.