"Es necesario conocer cuanto antes las reglas del juego en el ámbito de las relaciones comerciales con Reino Unido", señaló ayer Belarmino Feito, presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), para resumir el clima de inquietud que está generando el incierto desenlace de la salida británica de la UE entre las compañías de la región que hacen negocios en el país que gobierna Theresa May. Están en juego exportaciones que el pasado año superaron los 260 millones de euros, realizadas principalmente por la industria del metal, la más expuesta a los sobrecostes y trastornos que implicaría un "Brexit" duro.

La patronal del metal, Femetal, expresó su inquietud en estos términos tras los acontecimientos en el Parlamento del Londres: "El rechazo al plan (de la primera ministra May) es un fuerte varapalo a todos los niveles. La situación de incertidumbre incrementa la inestabilidad geopolítica en la UE, que genera tensiones en el comercio y se convierte en un elemento más que contribuye a la desaceleración económica", señaló la organización que preside Guillermo Ulacia. Y añadió: "El escenario genera una gran inseguridad que impacta directamente en la toma de decisiones y en el desarrollo de proyectos empresariales". Femetal mencionó en concreto que existen riesgos para la construcción naval, la industria del cinc y la siderurgia, tres de las actividades fabriles de Asturias que más facturan en Reino Unido.

El metal concentra el 72% de las exportaciones asturianas al país y el 50% de las importaciones. Las primeras habían superado los 265 millones entre enero y octubre de 2018 (últimos datos disponibles), tras un incremento interanual del 66%, en buena medida resultante de un contrato de los astilleros con clientes británicos para hacer buques remolcadores. "Las empresas asturianas que habitualmente operan en el mercado británico necesitan un marco jurídico seguro y estable", remarcó Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón.

Carlos Paniceres, responsable de la institución cameral de Oviedo, avisó: "Un 'Brexit' duro tendría consecuencias tremendas, con la quiebra de las reglas de juego y la imposición de aranceles". De llegarse al 29 de marzo sin otra alternativa, la salida abrupta de Reino Unido de la UE supondría el restablecimiento de las fronteras, lo que conllevaría costes en aranceles (se aplicarían los regulados por la Organización Mundial del Comercio) y la extinción de la uniformidad legislativa que ahora permite el comercio del resto de países con territorio británico sin trabas burocráticas. "Se debe terminar con la indefinición para que las empresas puedan abordar los planes de contingencia que les permitan afrontar el peor de los escenarios", pidió Belarmino Feito. La Agencia Tributaria ya ha instado a las empresas españolas a prepararse para la posible vuelta a las fronteras, y el Gobierno, las cámaras de comercio y la patronal CEOE han lanzado una campaña para informar sobre la elaboración de "planes de contingencia".

Feito, líder de la FADE, afeó al Ejecutivo español que su reciente proyecto de Presupuestos Generales del Estado, "con más impuestos y costes sociales para las empresas", "desincentiva" la localización en España de compañías británicas que estén pensando en abandonar Reino Unido.