Unas 10.500 personas, según la Policía, se manifestaron ayer en París con "pañuelos rojos" para hacer gala de su defensa de la República y de la democracia expresada en las urnas, y protestar contra el movimiento de los "chalecos amarillos" que desde hace casi tres meses salen a las calles de Francia cada sábado contra el presidente Emmanuel Macron y sus reformas económicas y sociales.

Los "pañuelos rojos" nacieron a finales de noviembre, poco después de que lo hicieran los "chalecos amarillos", para protestar contra los cortes de carreteras. Entonces aseguraron que su movimiento no se convertiría en un respaldo al presidente Macron, a pesar de que sus principales dirigentes conocidos son simpatizantes del Presidente.

Los "chalecos amarillos", que el sábado salieron a la calle por undécimo fin de semana consecutivo, elevaron ayer su participación a 123.151 personas, frente a las 69.000 calculadas por el Gobierno.