El PP y Cs siguieron ayer lanzando dardos contra el presidente Sánchez por haber dado un plazo de ocho días al presidente venezolano, Nicolás Maduro, para convocar elecciones. Desde las filas socialistas, el diputado Patxi López afeó a los populares que, lejos de buscar una solución a la crisis de Venezuela, usen el conflicto, dijo, para tratar de "ganar votos", lo que consideró "lamentable" y prueba de una "absoluta falta" de sentido de Estado. López se opuso en el Congreso, al igual que Podemos, PNV, ERC y otros grupos a exigir una comparecencia del ministro de Exteriores, Josep Borrell, sobre la crisis venezolana, solicitada por PP y Cs. Finalmente, Borrell ha ofrecido comparecer el 7 de febrero.

El ataque popular más duro de los populares llegó de su número dos, Teodoro García Egea, quien calificó de "cobarde" a Sánchez. El insulto fue replicado de inmediato por la portavoz parlamentaria del PSOE, la asturiana Adriana Lastra: "Hay que ser muy ruin y muy desleal para que el secretario general del PP haga unas declaraciones así", dijo Lastra, quien criticó que los populares hayan roto "todo consenso en política exterior, que siempre ha sido una política de Estado". Desde Cs, el tono fue más moderado. Su presidente, Albert Rivera, instó a Sánchez a reconocer ya al autoproclamado presidente, Juan Guaidó, para apoyar "un proceso de transición que lleve a unas elecciones libres".

El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra opinó, por su parte, que algunas dictaduras son "eficaces" en lo económico, pero la de Venezuela "no sirve para nada" y comparó a Maduro con el dictador chileno, Augusto Pinochet. "Al menos en Chile la economía no se cayó", ironizó.