Las disputas internas respecto al Brexit que sufre en los últimos meses el Partido Conservador británico desembocaron este miércoles en su escisión, con la renuncia de tres diputadas.

Heidi Allen, Anna Soubry y Sarah Wollaston abandonaron este miércoles la formación liderada por la primera ministra británica, Theresa May, al considerar que la gestión gubernamental de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) está siendo "desastrosa".

Las parlamentarias pasan a formar parte del nuevo Grupo Independiente en el Parlamento que crearon esta misma semana ocho diputados laboristas desertores de su fuerza política, encabezada por Jeremy Corbyn.

En total, once diputados que pasan a aglutinar un grupo igual de numeroso que los liberaldemócratas y que cuenta con una persona más que el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), socio parlamentario del Gobierno británico.

Todos ellos con unos "valores compartidos", entre los que sobresale su proeuropeísmo y su convicción de que la mejor opción para solucionar el 'brexit' es un segundo referéndum, como apuntaron las dimisionarias conservadoras.

Una posibilidad que la "premier" ha descartado porque, según afirmó este miércoles Soubry en la multitudinaria rueda de prensa en la que explicaron su renuncia, el Partido Conservador está "sometido" al ala más eurófoba de la formación.

La desde este miércoles ex 'tory' criticó que May se haya reunido con el Grupo Europeo de Investigación (ERG, en sus siglas en inglés) -que representa a los conservadores más favorables al Brexit , que han sido "desleales" con el Gobierno y que le presentaron la moción de confianza interna- y no con aquellos que la han respaldado dentro de sus filas.

Las diputadas desertoras afirmaron que el Partido Conservador ha experimentado un "giro a la derecha" que ha provocado que sea una opción política que ya no las representa.

"No he cambiado yo, ha cambiado el partido", sentenció Soubry, afirmación que comparten las tres, que mostraron este miércoles su determinación por formar parte de una regeneración política en el Reino Unido.

Ánimo que comparten con Luciana Berger, Chuka Umunna, Mike Gapes, Ann Coffey, Angela Smith, Chris Leslie, Gavin Shuker y Joan Ryan, los otros ocho laboristas que completan el grupo.

Por su parte, May lamentó la decisión de sus colegas, al tiempo que reconoció que el Brexit ha sido un motivo de desacuerdo, tanto dentro del partido como en todo el país "desde hace mucho tiempo".

"Terminar de ser miembros de la Unión Europea después de cuarenta años nunca iba a ser fácil", opinó la mandataria, quien reivindicó, con todo, el compromiso de la formación con el cumplimiento de la voluntad del pueblo británico, que votó por el Brexit en junio de 2016.

Las diputadas llamaron este miércoles a sus compañeros en la Cámara de los Comunes descontentos con las políticas de sus partidos a unirse al Grupo Independiente, que aspira en un futuro a convertirse en un partido propiamente dicho.

"Nuestros dos partidos están rotos. Vamos a cambiar la política a mejor", fue el mensaje de bienvenida que el Grupo Independiente escribió en la red social Twitter a sus nuevos miembros.

Con la irrupción parlamentaria de esta nueva agrupación, los dos principales partidos del Reino Unido, Conservador y Laborista, pasan a contar con 314 y 248 diputados, respectivamente.

Una reducción de sus activos que, sin embargo, no se espera que afecte significativamente a la aritmética parlamentaria en futuras votaciones sobre el Brexit, puesto que Allen, Soubry y Wollaston ya emitieron en anteriores ocasiones votos fuera de la línea oficial del Gobierno.

El varapalo a los dos principales partidos británicos se suma así a la crisis del Brexit, a la que May espera poner fin antes del 29 de marzo, fecha prevista para materializar el "divorcio" con el bloque comunitario.

Para ello, se reunirá hoy en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, al que espera convencer para renegociar el acuerdo de salida.