La cadena perpetua emitida este miércoles contra el criminal de guerra Radovan Karadzic cierra uno de los últimos capítulos de la postguerra de Bosnia, a la espera de la sentencia en segunda instancia al exgeneral serbobosnio Ratko Mladic.

Karadzic fue el presidente de la República Srpska, uno de los dos entes autónomos en que se dividió Bosnia tras el fin de la guerra (1992-1995), y fue condenado en 2016 a 40 años de cárcel por su responsabilidad criminal durante el conflicto.

Un panel de cinco jueces del Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales (MICT, en inglés) revisó hoy esa decisión y, por mayoría de tres votos contra dos, elevó la condena a la mayor posible en los tribunales internacionales de La Haya, la cadena perpetua.

El juez presidente, Vagn Prüsse Joensen, dijo que la sentencia de primera instancia "reflejó de forma inadecuada la extraordinaria gravedad de la responsabilidad de Karadzic en la comisión de los crímenes".

El magistrado se refería, entre otros delitos, al sitio de Sarajevo, en el que murieron unas 14.000 personas, y a la masacre de Srebrenica, donde unos 8.000 hombres bosnios musulmanes fueron asesinados en 1995, mientras que unas 30.000 mujeres, niños y ancianos fueron desplazados forzosamente.

El expresidente de la República Srpska había solicitado la repetición de todo el proceso legal por supuestos "errores de derecho", pero los jueces del MICT rechazaron todos sus argumentos.

Fadila Efendic, que perdió a un hijo y a su marido en la matanza de Srebrenica, recibió "con satisfacción" la sentencia, porque "la justicia ha llegado", dijo a medios locales holandeses desde Sarajevo.

El fiscal general, Serge Brammertz, declaró en una rueda de prensa que espera que el veredicto "permita seguir adelante a las sociedades de la antigua Yugoslavia" y recordó que "el único condenado hoy es Karadzic, por su responsabilidad penal", y no el pueblo serbio.

El veredicto es inapelable y los abogados de Karadzic sólo podrían intentar reabrir el caso si salieran a la luz nuevos hechos no expuestos durante el juicio. Brammertz calificó esta posibilidad como "muy hipotética" y aseguró que "el caso está cerrado".

La cadena perpetua de Karadzic no fue bien recibida por algunos sectores políticos de Bosnia-Herzegovina.

El presidente del Parlamento del ente serbio de Bosnia-Herzegovina, Nedeljko Cubrilovic, aseguró que la sentencia tuvo una "motivación política" y aseguró que el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), antecesor del MICT, pretende "declarar a los serbios y a sus líderes como culpables exclusivos de la guerra civil en Bosnia-Herzegovina".

Indicó que la corte no ha contribuido a la reconciliación en el país balcánico, sino que "ha profundizado la brecha entre los pueblos", al asegurar que no han sido juzgados muchos crímenes cometidos contra serbios.

Karadzic fue detenido en un suburbio de Belgrado en julio de 2008, tras doce años prófugo de la Justicia, y su proceso legal ha durado más de una década.

Acusado de los crímenes en 1996, escapó de la Justicia oculto bajo una falsa identidad, pues ejercía la medicina alternativa en Belgrado y llevaba una barba blanca y gafas para evitar ser reconocido.

El expresidente de la República Srpska es, junto al general Ratko Mladic, la figura más destacada entre los condenados por el TPIY, después de que el expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic muriera en 2006 antes de que se emitiera su veredicto.

Mladic, al igual que Karadzic, fue condenado a cadena perpetua, pero sus abogados han apelado la sentencia y se espera que la decisión final se dé a conocer a finales de 2020, según confirmó a Efe una fuente del MICT.

Munira Subasic, la presidenta de la asociación Madres de Srebrenica y Zepa, declaró a la prensa que espera "que el Tribunal de La Haya termine su misión con la cadena perpetua también a Ratko Mladic, que cumplía las órdenes de Karadzic".