Decenas de miles de personas han protagonizado por octavo viernes consecutivo movilizaciones en la capital de Argelia, Argel, y otras ciudades del país para reclamar la dimisión del presidente interino, Abdelkader Bensalah, y una ruptura con el sistema político existente.

Bensalah fue nombrado el martes como presidente interino tras la dimisión la semana pasada de Abdelaziz Bouteflika y, a continuación, anunció la convocatoria de elecciones para el 4 de julio, dentro del periodo de 90 días que contempla la Constitución.

Esta vía ha sido respaldada por el Ejército del país, cuyo jefe, Gaid Salá, abogó por activar el artículo que permitía inhabilitar a Bouteflika por motivos de salud tras las masivas manifestaciones contra él y el círculo de poder argelino.

Sin embargo, estas medidas han sido igualmente rechazadas por gran parte de la población, que ha mantenido las manifestaciones para protestar contra lo que consideran un cambio de caras en la Presidencia, sin que se afecte al 'establishment' que controla el país africano.

La propia agencia estatal argelina de noticias, APS, ha destacado que las manifestaciones de este viernes son "imponentes" y ha agregado que los participantes exigen "un cambio radical" y la salida de "todos los símbolos del sistema".

Al igual que en los viernes precedentes, los manifestantes se han concentrado en la explanada de la Grande Poste y en la plaza Maurice Audin, desde donde han iniciado las marchas hacia el centro de la ciudad, en medio de un amplio dispositivo de seguridad.

Por el momento, no se han registrado incidentes durante las movilizaciones, y los organizadores han insistido en los últimos días en mantener el carácter pacífico de las protestas, a pesar de que tras la designación de Bensalá se produjeron numerosas cargas policiales que se saldaron con heridos y detenidos.

El propio Salá reiteró el miércoles su compromiso con los manifestantes y les pidió "paciencia" ante el periodo de transición que se ha iniciado en el país, al tiempo que dio a entender que Buteflika o varias decenas de empresarios detenidos en las últimas semanas podrían ser juzgados.