El Partido Socialdemócrata (SPD) ganó este domingo las elecciones regionales en la ciudad-estado de Hamburgo, aunque necesitará un socio, y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se mantuvo finalmente por la mínima en el parlamento regional.

Los comicios se celebraron apenas dos semanas después del terremoto político por la ruptura del cordón sanitario a AfD en Turingia y cuatro días después del atentado xenófobo de Hanau, con diez muertos, elementos que pueden haber condicionado el voto en Hamburgo, aunque hayan primado los factores locales.

El recuento preliminar publicado por la Junta Electoral indica que, pese a cierto desgaste, el SPD conserva uno de sus grandes feudos, con un 39% de los apoyos (frente al 45,6% de 2015).

En segunda posición se situaron Los Verdes, con un 24,2%, doblando su apoyo con respecto a hace cinco años (12,3%), seguidos por la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel, que obtuvo un 11,2% de los apoyos (15,9% en 2015), su peor resultado en la ciudad-estado, y La Izquierda, con un 9,1% (8,5% en los anteriores).

Tras horas de incertidumbre ante la posibilidad de quedar fuera del parlamento regional por no llegar al 5%, tanto el Partido Liberal (FDP) como AfD lograron representación con un 5 (frente al 7,4% de 2015) y un 5,3% (6,1 %) de los sufragios, respectivamente.

Así logra revalidarse en el cargo el actual alcalde-gobernador, el socialdemócrata Peter Tschentscher, que accedió al puesto en marzo de 2018, cuando su predecesor, Olaf Scholz, se pasó al Ministerio de Finanzas.

Precisa un socio minoritario, que es muy probable que vuelva a ser su compañero de legislatura pasada, Los Verdes, aunque con cuotas de respaldo y tendencias de voto muy dispares, lo que augura unas negociaciones intensas (La Izquierda, la otra formación próxima, se ha descartado a priori).

Tschenscher habló de una "grandiosa noche" para su partido, pese a que la victoria es agridulce por el evidente desgaste.

Será, además, compleja la relación con la nueva dirección del SPD nacional, mucho más a la izquierda que la de Hamburgo en cuestiones económicas.

La candidata verde, Katharina Fegebank, celebró por su parte el éxito de su partido y habló de victoria para la democracia.

"Si al final AfD queda fuera del Parlamento, todos los demócratas tendremos hoy una razón para alegrarnos", aseguró en el canal ARD cuando en los primeros sondeos se les daba por debajo del 5 %.

Con respecto a las presumibles negociaciones con el SPD, Fegebank subrayó que llegarán unos verdes "más fuertes" y "muy conscientes" de su respaldo, aunque evitó citar exigencias.

El secretario general de la CDU, Paul Ziemiak, reconoció por su parte que se trató de un "día amargo" para su partido y que el resultado "no se puede adornar".

La convulsa situación política

Estas elecciones eran la primera llamada a las urnas tras una serie de acontecimientos que han hecho tambalear la política alemana en las últimas semanas.

De un lado estaba la ruptura del cordón sanitario a la ultraderecha en Turingia a principios de febrero. Quienes cooperaron con AfD para aupar a un ministro liberal como jefe del Ejecutivo regional, CDU y FDP, han sufrido un varapalo en estas elecciones.

Por otro lado, estaba el atentado xenófobo de Hanau de este miércoles, en el que un racista declarado asesinó a tiros a diez personas.

Aunque no tenía ningún vínculo formal con AfD, el partido ha sido muy criticado como instigador al odio estos días y ha acabado perdiendo peso en Hamburgo, donde siempre ha tenido un respaldo algo menor al de la media nacional.

Alrededor de 1,3 millones de personas desde los 16 años estaban llamadas a las urnas y unas 300.000 optaron por el voto por correo.

La participación fue del 62,8%, seis puntos porcentuales por encima de la de 2015.