Donald Trump ha puesto los focos y su diana en 'Antifa', la difusa red de grupos antisistema y antifascistas de izquierda a los que responsabiliza de la violencia que ha impregnado las protestas por el homicidio de George Floyd que se extienden por todo Estados Unidos y cuya actividad es evidente e innegable. El silencio del presidente, en cambio, es ensordecedor en lo que se refiere a los extremistas de derecha, incluyendo grupos supremacistas blancos que están aprovechando la revuelta y el caos para tratar de avanzar su objetivo de desatar una guerra racial en el país.

Es una realidad que reconoce su Departamento de Seguridad Nacional. El viernes desde allí se envió un memorando de inteligencia a cargos policiales de todo el país alertando de que "anarquistas y extremistas de milicias" podían intentar explotar las manifestaciones, según 'Politico'. Y ese documento revelaba, citando al FBI, que dos días antes "un canal de extremistas supremacistas blancos incitaba a sus seguidores a provocar violencia y arrancar, disparando a la multitud, el "boogaloo", un término usado por algunos extremistas violentos para referirse al arranque de una segunda guerra civil".

Los 'aceleracionistas'

Nada, ni en la extrema izquierda ni en la extrema derecha, es monolítico, y en unas protestas que nacieron demandando justicia en el caso de Floyd pero han crecido hasta ser mucho más es difícil identificar o individualizar todas las causas. Algunos de los grupos de extrema derecha, especialmente los de integrantes más jóvenes, muestran solidaridad con la comunidad negra con la que sienten que comparten la animadversión por la policía. Otros, no obstante, están buscando establecer un estado blanco de raza pura.

Uno de los movimientos que está haciendo más evidente su determinación de aprovechar el momento es el de los llamados "aceleracionistas", que animan a sus seguidores neonazis a ir a las protestas y cometer actos de violencia contra gente negra con el objetivo de exacerbar las tensiones étnicas y hacer estallar una guerra racial. Están desplegando muchas de sus tácticas ya online, en foros como 4chan y 8chan u en redes sociales. Y este mismo lunes Twitter anunciaba que había eliminado una cuenta que decía representar a antifa y que hacía un llamado a la violencia. La cuenta, en realidad, había sido creada por un conocido grupo supremacista blanco, Identity Evropa.

Miedo palpable

El miedo que se palpa al hablar con vecinos de Minneápolis no es en absoluto virtual. Ha crecido la alerta por la aparición de coches y de material inflamable en barrios residenciales, una realidad que reconocen las autoridades locales, que han pedido que se le alerte de esos hallazgos. Y aunque bien podrían ser materiales que dejan preparados extremistas de izquierda, lo que siempre se menciona en las conversaciones es de la extensión de la ideología supremacista blanca en toda la región del medio-oeste.

Una vecina sentada en una de las patrullas vecinales de su barrio en la zona sur de la ciudad el domingo llegaba a asegurar que "la policía les ayuda". Y de su boca salía el nombre de Bob Kroll, poderosos presidente del sindicato policial local, un aliado de Trump que ha sido acusado, incluyendo en una queja en su contra presentada por otros policías, de racismo. Como el presidente con 'Antifa', Kroll ha llamado a Black Lives Matter "organización terrorista".