El presidente de EE UU, Donald Trump, se estrenó ayer oficialmente como candidato a la reelección con una nueva andanada contra el voto por correo en los comicios del próximo 3 de noviembre. Trump y su vicepresidente, Mike Pence, fueron confirmados como aspirantes en la primera jornada de la convención republicana, que se celebrará hasta el jueves en Charlotte (Carolina del Norte), con formato semipresencial.

Trump fue respaldado por unanimidad por los 2.551 delegados republicanos, de los que solo 336 se encontraban presentes. A mitad de votación, justo después de que se anunciaran los votos de la delegación de Florida, el presidente saliente hizo su aparición en escena para pronunciar el primero de los cuatro discursos que protagonizará estos días. El cuarto, en el que está previsto que acepte la nominación, tendrá como escenario la Casa Blanca, lo que vulnera la norma de que los presidentes no usen edificios federales en campaña. La convención también estará marcada por la ausencia de expresidentes o excandidatos republicanos.

Sin aportar pruebas, Trump denunció el fraude que, a su entender, va a caracterizar el voto por correo, que en esta ocasión cobrará especial relevancia a causa de la pandemia. "Esta es la mayor estafa de la historia y digo de la historia del mundo, no solo de nuestra nación", exclamó Trump, quien acusó a los demócratas de estar intentando "robar" el triunfo a los republicanos y añadió: "¡La única forma en la que los demócratas nos robarán las elecciones será amañándolas. Vamos a ganarlas!".

Trump lleva meses embarcado en una campaña para desprestigiar el voto por correo. El pasado mayo, nombró director del Servicio Postal a Louis DeJoy, quien introdujo un plan de recortes que ya ha provocado serios retrasos en la distribución del correo y que ha hecho temer un colapso del servicio en la cita electoral. Sin embargo, ante las protestas generalizadas, DeJoy ha pospuesto los recortes, que incluyen desde la reducción de efectivos hasta la restricción de horarios y la clausura de buzones.

En su primer discurso como candidato, Trump prometió que contratará a más policías, reforzará las Fuerzas Armadas, nombrará a más jueces antiaborto y mantendrá su política exterior proteccionista frente a países que, dijo, "se aprovechan" de EE UU, como China, a la que volvió a culpar de la pandemia.

Entre tanto, la asesora Kellyanne Conway, una de las pocas personas del entorno de Trump que no ha sido destituida o ha dimitido, anunció que deja la Casa Blanca para dedicarse a cuidar a sus hijos y orientarles en la teleenseñanza que se prevé para los próximos meses. Conway indicó que su marido, George Conway, líder del Proyecto Lincoln -comité republicana que busca la derrota electoral de Trump- también renuncia a su cargo para consagrarse a la familia.