El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha afirmado este jueves que "durante años" ha denunciado el supremacismo blanco y ha criticado que no se cuestione a su rival en las presidenciales, Joe Biden, si hace lo propio con los antifascistas, que él sí condena.

"He denunciado a los supremacistas blancos durante años, pero siempre se empieza con esa pregunta, nadie pregunta a Joe Biden si denuncia a los antifascistas", ha protestado.

"Denuncio a los supremacistas y a esa gente de izquierda que está quemando nuestras ciudades, que son gobernadas por demócratas", ha dicho un Donald Trump, que ha negado, por otro lado, conocer el movimiento de extrema derecha Qanon, cuyas teorías de la conspiración sitúan al presidente estadounidense como víctima de una red internacional de pedófilos que intenta combatir.

Estados Unidos ha vivido este jueves por la noche un nuevo episodio hacia la carrera presidencial con dos encuentros distintos en los que Trump y Biden no se han enfrentado entre ellos, sino a las preguntas de los electores.

Ambos se han disputado la audiencia televisiva con dos eventos programados al mismo tiempo, como reemplazo del frustrado debate electoral que tenía que haberse celebrado este jueves en Miami, lugar elegido por Trump para responder a los votantes a través de la NBC, mientras Biden ha preferido su estado natal, Pensilvania, bajo las cámaras de la cadena ABC.

Trump también ha sido cuestionado por otro de los grandes asuntos dentro y fuera de la política estadounidense, el uso de la mascarilla para evitar un posible contagio de coronavirus, que ha dejado hasta el momento más de 7,9 millones de casos acumulados y casi 218.000 fallecidos sólo en Estados Unidos.

En esta ocasión ha señalado que su opinión al respecto no ha cambiado desde que contrajo la enfermedad y que si bien es partidario de su uso, ha deslizado, utilizando repetidamente información errónea, que existen "muchas historias" distintas de funcionarios de salud pública hablando sobre su utilización.

El magnate estadounidense también se ha quejado del "mal" trato que está recibiendo del Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés), después de que los votantes le hayan preguntado acerca de sus impuestos y de por qué no ha presentado sus declaraciones, como tradicionalmente han hecho todos los candidatos.

"El IRS me trata muy mal. Me tratan muy, muy mal", ha insistido, para después añadir que "hay gente de administraciones anteriores" que (...) "les gusta cambiar el juego, cambiar las reglas, hacer de todo", ha dicho Trump.

Trump también ha negado las informaciones del 'The New York Times' a finales de septiembre, en donde se aseguraba que arrastraba una deuda de 421 millones de dólares y que tan solo pagó 750 dólares en impuestos sobre la renta en 2016, cuando logró imponerse en las elecciones, y la misma cantidad en 2017, mientras que estuvo sin hacerlo durante al menos una década desde el año 2000.

Biden acusa a Trump de haber "aislado" a EEUU

Por su parte, Joe Biden ha comenzado su intervención describiendo cómo habría manejado él la crisis sanitaria, asegurando que se habría seguido el plan de control de epidemias de la anterior Administración de Barack Obama, y que habría enviado a científicos estadounidenses a China para obtener más información sobre el virus.

Biden ha criticado que Trump haya perdido "enormes oportunidades" durante el inicio de la pandemia, "diciendo cosas que no eran ciertas", como que el virus desaparecería en Semana Santa o "preocupándose por el mercado de valores".

El candidato demócrata también ha reconocido, con matices, el "error" que cometió con la ley contra el crimen de 1994, y que los republicanos tanto le han criticado durante las últimas semanas, al apuntar que mientras apoya las manifestaciones contra el racismo, también hizo lo propio con una legislación que provocó cifras récord de encarcelamientos de ciudadanos afroamericanos.

"Sí, fue un error, pero los errores vinieron en términos de lo que hicieron los estados a nivel local", ha dicho Biden, quien también ha prometido despenalizar el consumo de marihuana y dejar sin efecto los registros de aquellos que fueron detenidos por su uso.

Biden también ha defendido su intención de acabar con la exención de impuestos que Trump promulgó nada más llegar a la Casa Blanca, explicando que se trata de una medida, la del presidente de Estados Unidos, que sólo ha beneficiado a las grandes fortunas y empresas.

Donde Biden sí ha ofrecido a su rival republicano una cierta concesión ha sido en cuestiones de política internacional, un asunto en el que Trump, ha dicho, ha logrado "un poco" de crédito, después de algunos movimientos, como los acuerdos entre algunos países árabes con Israel.

Sin embargo, ha matizado que "no hay un plan coherente para la política exterior", y ha recordado que bajo la Administración Trump, Estados Unidos "ha sido retirado de casi todas las organizaciones internacionales". "Se ríen de él, literalmente, cuando va a Naciones Unidas", ha dicho de Trump. "Nos encontramos en una posición en la que estamos más aislados en el mundo que nunca. El 'Estados Unidos primero' ha hecho que estemos solos".

"Tienes a Irán más cerca de tener suficiente material nuclear para construir una bomba. Corea del Norte tiene más bombas y misiles disponibles. Nos encontramos con que nuestros aliados de la OTAN están diciendo públicamente que no pueden contar con nosotros", ha dicho.

El 22 de octubre, a menos de dos semanas de las elecciones del 3 de noviembre, está programado el segundo y definitivo debate presidencial entre ambos. Biden, que cuenta con un significativo margen de ventaja sobre su rival según las últimas encuestas, ya ha anunciado que exigirá a Trump una prueba negativa de coronavirus.