El Congreso de Chile aprobó este jueves de manera definitiva el proyecto de ley presentado por el Gobierno para permitir a los ciudadanos un segundo retiro anticipado del 10% de sus fondos de pensiones para hacer frente a las complicaciones económicas que está causando la pandemia.

La iniciativa fue aprobada en tercer trámite por el Senado con el voto a favor de 41 legisladores y una 1 abstención, finalizando su curso parlamentario y quedando lista para su promulgación como ley por el presidente chileno, el conservador Sebastián Piñera.

Este proyecto oficialista surgió como contrapropuesta a una moción parlamentaria que buscaba también, con algunas diferencias, un segundo retiro anticipado de las pensiones, después de que el pasado mes de julio fuese aprobado el primero en una reforma considerada histórica y del que ya se han beneficiado más de 9 de los 11 millones de afiliados al sistema de capitalización individual chileno.

Impuestos para las rentas más altas

Ambas iniciativas -la moción parlamentaria y el proyecto del Gobierno aprobado hoy- comparten puntos como mantener el carácter universal del retiro sin importar la renta de las personas que deseen ejecutarlo pero difieren en el aspecto impositivo.

El proyecto del Gobierno fija impuestos para los ciudadanos con rentas mensuales superiores a 1,5 millones de pesos (cerca de 2.000 dólares) que decidan retirar su 10% anticipado. En cambio, la propuesta parlamentaria original no aplicaba gravamen al retiro.

Con esta reforma, todos los afiliados al sistema privado de pensiones chileno -excepto las altas autoridades del Estado, que están excluidas- podrán realizar, de forma voluntaria y excepcional, un segundo retiro de hasta el 10 % de sus fondos de previsionales con el objetivo de aliviar los problemas económicos que ha ocasionado la crisis de la covid-19.

Estos fondos se encuentran depositados en las llamadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), empresas privadas encargadas de gestionar el ahorro individual obligatorio en el que se basa el modelo chileno, mediante el cual cada trabajador aporta un 10% mensual de su sueldo bruto a un fondo de pensiones personal del que puede disponer cuando se jubila.

Este segundo retiro contempla las mismas características que el primero y establece que el monto mínimo a retirar será de 35 Unidades de Fomento (UF) -unidad monetaria cambiante de existencia no física que se utiliza en Chile para ajustar las transacciones comerciales, contables y bancarias de acuerdo a la inflación-, lo que equivale aproximadamente a un millón de pesos (unos 1.300 dólares).

El monto máximo será equivalente a 150 UF, que son alrededor de 4,3 millones de pesos (unos 5.700 dólares).

En el caso de que el 10% corresponda a un monto menor a las 35 UF, los afiliados podrán retirar hasta dicho monto y, en el caso de que el monto total acumulado sea menor a las 35 UF, se podrá retirar la totalidad de los fondos.

El camino hacia un segundo retiro

Ese primer proyecto de retiro del 10%, impulsado por la oposición y aprobado el pasado mes de julio, generó una fuerte crisis en el oficialismo chileno, pues fue aprobado gracias al voto a favor de varios legisladores gubernamentales pese a que el Ejecutivo se mostró contrario a la iniciativa.

La iniciativa parlamentaria para un segundo retiro fue impulsado por la diputada opositora Pamela Jiles, del Partido Humanista (PH), y contó también con un amplio respaldo de legisladores de la coalición oficialista Chile Vamos en la Cámara Baja, donde llegó a ser aprobado.

El Gobierno entonces recurrió la norma ante el Tribunal Constitucional, mientras en paralelo enviaba su propia iniciativa al Congreso Nacional, que es la que finalmente vio la luz en esta jornada.

El modelo previsional chileno, instaurado en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es altamente contestado por parte de la población desde hace años y fue uno de los motivos centrales del estallido social del pasado octubre.

Actualmente, la pensión promedio que estas entidades privadas otorgan a los jubilados chilenos es de 372 dólares, según la Superintendencia de Pensiones, cifra que varía según el género: 455 dólares promedio entre hombres y 281 dólares entre mujeres.