El próximo 1 de enero el primer ministro de Portugal, António Costa, sustituirá a la canciller alemana Angela Merkel como presidente de turno de la UE, durante el primer semestre de 2021. A dos semanas del traspaso, y a pesar de la incertidumbre que rodea a las negociaciones comerciales con el Reino Unido y la pandemia del covid19, asegura sentirse aliviado tras los dos acuerdos logrados por los Veintisiete la semana pasada -el fondo de recuperación y la reducción de emisiones de CO2- bajo la batuta de una canciller alemana. Durante una entrevista con El Periódico de Catalunya y otros medios europeos, considera que Merkel ha ejercido de "gran inspiradora" en "el momento más difícil de la UE desde la Segunda Guerra Mundial". Aunque en su agenda de prioridades figuran el relanzamiento de la economía, el desarrollo del pilar social y la autonomía estratégica, no pierde de vista los dos grandes desafíos que tiene a corto plazo la UE: el coronavirus y el Brexit.

-¿Es partidario de que la UE empiece a vacunar el mismo día?

-Estos meses hemos conseguido algo importante que es la capacidad de realizar compras conjuntas a través de la Comisión, que asegura a todos los estados miembros acceso simultáneo y bajo las mismas condiciones a vacunas. Será un proceso largo, porque no vamos a tener todas las cantidades de vacunas el 1 de enero, que desarrollará el próximo año. Es una buena oportunidad para transmitir a todos los ciudadanos europeos la importancia de la UE. Así que barajo sugerir que si el 29 (de diciembre) la Agencia Europea del Medicamento aprueba la primera vacuna, como está previsto, que el 30 de diciembre (Angela) Merkel y (Ursula) Von der Leyen den la señal de empezar a distribuir en los Veintisiete estados miembros el primer lote de esa vacuna.

-¿Sabe si será posible?

Sería simbólico desde el punto de vista de la UE que pudiéramos acordar un día que pueda ser el momento cero en el inicio de la vacunación a escala europea. Hay que comprender que no tendremos un restablecimiento del mercado interior si no hay inmunización a escala global de la UE. No es una carrera por saber quien es el primero. Es una carrera conjunta para llegar todos juntos a la línea de meta para asegurar a escala europea el nivel de inmunización.

-¿Cuál es su análisis de las negociaciones con el Reino Unido?

-Es una buena señal que la UE y el Reino Unido se hayan dado más tiempo para seguir trabajando con el objetivo de obtener un acuerdo. La capacidad que hemos demostrado de mantenernos unidos y evitar negociaciones a nivel bilateral, con una única negociación conducida por la Comisión y (Michel) Barnier, es un activo para el éxito de la negociación. Lo importante es superar los tres problemas que restan porque es muy importante que sigamos siendo buenos vecinos y aliados en la OTAN y socios comerciales sólidos.

-¿No es el momento de negociar al más alto nivel político?

-Tenemos una metodología clara. Tenemos un negociador. No es el momento de abrir nuevas puertas. Es el momento de cerrar este trabajo con un buen acuerdo para las dos partes. La ausencia de acuerdo sería muy mala para todo el mundo. En primer lugar para los países vecinos que van a sufrir de grandes atascos en las fronteras pero también para las relaciones comerciales. No ayudaría si cada Jefe de Estado y de Gobierno empieza a dar su propia opinión.

-¿Es optimista? ¿Hasta cuándo se negociará, hasta el 31 de diciembre?

-Soy sobre todo realista. Si no hubiera habido voluntad ni oportunidad, el Reino Unido o la Unión Europea habrían cerrado la puerta a continuar la negociación. Hay que cerrar la puerta lo antes posible pero el límite lo conocemos y es el 31 de diciembre a medianoche, aunque creo que sería mejor para todos que lo acordáramos lo antes posible.

-Una de las grandes reformas pendientes que hereda de Berlín es la política de asilo. ¿Cómo piensa desbloquear la situación?

-Es prioritario y debemos llegar a un acuerdo que respete el espíritu de solidaridad entre todos los países de la UE y, sobre todo, jamás aceptar la idea de que la inmigración es una cuestión de los países que tienen frontera exterior. La mayoría de los emigrantes no quieren venir a trabajar a los países de entrada sino a los países de Europa central que ofrecen mejores condiciones y oportunidades de vida. No queremos dejar la responsabilidad solo a los países con fronteras exteriores y no podemos dejar toda la responsabilidad sobre los países que son más atractivos para los inmigrantes. Es un desafío conjunto.

-¿Cómo puede ayudar la UE a los países de primera entrada?

-No basta con agrupar a la gente y meterla en un avión en Grecia y traerla a Portugal, Alemania o Suecia. Es necesario disponer de un perfil personalizado de cada refugiado. Son personas con una experiencia de vida o objetivos de vida. La solidaridad no puede ser algo como una formula matemática. Necesitamos algo más sofisticado como un algoritmo para introducir los diferentes factores y ver cual es la mejor destino para lograr el éxito en la integración de cada uno.

-¿Está la Conferencia sobre el futuro de Europa entre sus prioridades?

-Si la presidencia alemana no logra avanzar, tendremos que relanzar la conferencia a comienzos de enero. Europa necesita un debate no sobre tratados sino sobre lo que queremos de Europa en el futuro. No es útil ni para unos ni para otros aparentar que no existen divergencias. Existen y son normales. Y la mejor forma de hacer frente a esta divergencia es hablar de una forma clara, frontal y abierta y ver como podemos trabajar de una forma más eficaz todos juntos sabiendo que tenemos puntos de vista distintos. Lo que tenemos que evitar cueste lo que cueste es no disponer de la flexibilidad suficiente que nos lleve a un nuevo Brexit. Todos hemos comprendido que el precio a pagar por una salida es muy caro desde el punto de vista político y económico como para que podamos correr el riesgo de nuevas crisis en el seno de la Unión Europea