Las autoridades israelíes decidieron este miércoles aplicar un nuevo confinamiento, el tercero desde el comienzo de la pandemia y que entrará en vigor el próximo domingo, informaron hoy medios locales.

El nuevo cierre general se extendería por al menos dos semanas y pretende detener la propagación del virus, que desde hace más de un mes aumenta de forma incesante y ya registra índices de positivos por encima del 4 %.

La decisión, acordada por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa y líder de la segunda formación más importante del Ejecutivo, Beny Gantz, debe aún ser ratificada por el Gobierno, que se encuentra desde hoy en funciones, tras disolverse ayer el Parlamento por una crisis política.

Las medidas acordadas prevén un límite de movimiento de un kilómetro en torno a la vivienda, y el cierre de los comercios no esenciales, con escasas excepciones, incluyendo aquellos que no reciban público, que estarán también limitados en su funcionamiento.

Según el digital local Ynet, estará prohibido además visitar residencias de otras personas y se permitirán reuniones de hasta 10 personas en espacios cerrados y de hasta 20 al aire libre.

El sistema educativo seguirá funcionando aunque de manera parcial: solo niños de entre seis y diez años y de entre 16 y 17 seguirán asistiendo a clase, en un horario limitado entre las 08.00 y las 13.00.

Estas medidas regirán inicialmente dos semanas y podrían extenderse otras dos en caso de que no se logre reducir la cifra de contagios diarios a menos de mil o la tasa de reproducción a menos de 1.

El nuevo confinamiento, que desde el Ministerio de Sanidad impulsaban desde hace varios días, se anuncia tras volver a superar este martes los 3.000 contagios diarios.

Inicialmente, el Gobierno había fijado la cifra de 2.500 contagios diarios como límite para imponer nuevas restricciones, algo que no cumplió cuando se superó ese número el miércoles de la semana pasada.

Esta semana comenzó en el país el proceso de vacunación y, según informó hoy Sanidad, unas 140.000 personas han recibido ya la primera dosis.

Según las últimas cifras difundidas, Israel, con unos nueve millones de habitantes, tiene cerca de 30.000 casos activos del virus, con medio millar de enfermos ingresados en estado grave, 118 de ellos conectados a ventiladores.

Desde el comienzo de la pandemia en marzo, han muerto 3.136 personas por la COVID-19 en el país.