Las autoridades australianas elevaron este miércoles a 71 el número de viviendas calcinadas por un enorme incendio forestal que arde sin control en el suroeste del país, en una jornada en la que se teme que los fuertes vientos aviven más las llamas.

"Confirmamos que se han calcinado 71 viviendas. Es un golpe devastador", dijo esta mañana a la cadena local ABC Peter Sullon, un funcionario del Departamento de Servicios de Incendios y Emergencia del estado de Australia Occidental, quien añadió que además se han destruido otras construcciones como cobertizos.

Los bomberos intentan aplacar las llamas de este gigantesco incendio de 75 kilómetros de perímetro al noreste de la ciudad de Perth, la cuarta más poblada del país, antes de que los vientos comiencen a azotar la zona por la tarde con una velocidad de hasta 70 kilómetros por hora.

El fuego, que comenzó en la localidad de Wooroloo el lunes pasado y se duplicó poco después en tamaño, ya ha quemado más de 7.000 hectáreas de terrenos.

También ha obligado a centenares de residentes a evacuar las zonas de peligro, pese al confinamiento decretado en Perth por la covid-19, dado que los bomberos consideran que la prioridad es la preservación de las vidas.

Sin embargo, la gran mayoría de los dos millones de habitantes de la ciudad continuarán cumpliendo las medidas de confinamiento decretadas por cinco días, hasta el viernes, tras detectar un infectado local con el virus.