En una acción coordinada, Alemania, Polonia y Suecia respondieron este lunes a Moscú expulsando cada uno a un diplomático ruso de su territorio, el mismo día en que en Bruselas se alzaron voces pidiendo nuevas sanciones contra Rusia por la decisión del Kremlin del pasado viernes de expulsar a tres enviados europeos.

Berlín y Estocolmo expulsaron a miembros de las Embajadas rusas en estos dos países y Polonia hizo lo propio con un diplomático del consulado ruso en la ciudad de Posen, según anunciaron hoy los ministerios de Exteriores de estos tres países de la Unión Europea (UE).

Fue la respuesta a la decisión del Gobierno ruso de expulsar el viernes a un diplomático alemán, otro polaco y otro sueco, acusándolos de participar en las manifestaciones contra la detención del opositor Alexéi Navalani, que el Kremlin no autorizó.

"De ninguna manera esta decisión fue justificada", dijo el ministerio de Exteriores alemán en un comunicado, mientras que la jefa de la diplomacia sueca, Ann Linde, la calificó de "inaceptable", en su cuenta oficial de Twitter.

Ambos defendieron a sus diplomáticos en Moscú, alegando que "cumplían con sus funciones" y su "deber" de observar los acontecimientos que suceden en Rusia, en base a la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares.

Nuevas sanciones

El Kremlin expulsó a los tres diplomáticos europeos coincidiendo con el reciente viaje a Moscú del alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, que reconoció que la visita fue "muy complicada", en un artículo que escribió en la noche del domingo en su blog.

Borrell aseguró que su reunión con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, "alcanzó altos niveles de tensión" cuando le pidió la liberación inmediata de Navalni, en un viaje que sirvió para constatar que Bruselas y Moscú se "están distanciando".

Y mencionó también que corresponde a los países de la UE decidir cuáles deben los siguientes pasos en la relación entre la UE y Rusia, incluida la posibilidad de sanciones.

Cuestión que abordarán los ministros de Exteriores de los Veintisiete en su reunión del 22 de febrero y los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre de marzo, dijo el alto representante.

Mientras tanto, el Partido Popular Europeo y los Conservadores Europeos exigieron la adopción de nuevas sanciones, en respuesta a la expulsión de los diplomáticos alemán, sueco y polaco.

Además, desde las filas del PPE tildaron de "inútil" y "contraproducente" el viaje de Borrell a Moscú, según dijo hoy un portavoz del grupo, y los liberales de Renew recordaron que habían pedido retrasar el encuentro entre Borrell y Lavrov.

De momento, en su último encuentro en Bruselas el 25 de enero, los jefes europeos de la diplomacia no lograron ponerse de acuerdo sobre la aprobación de nuevas sanciones a Rusia, tras las impuestas en octubre cuando se confirmó el envenenamiento de Navalni.

Coordinación

Esta posibilidad se abordó también en una reunión virtual que hoy organizó la Representación Permanente de Polonia ante la UE con los embajadores de los Veintisiete, Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y Ucrania, en la que también participaron Vladimir Ashurkov y Leonid Volkov, socios de Navalni.

"Las relaciones UE-Rusia, temas relacionados con la falta de respeto a los derechos humanos y la aplicación de sanciones contra Moscú, fueron los principales temas en la videoconferencia", explicó la Representación Permanente polaca en un escueto comunicado, sin dar más precisiones

Aunque, según explicaron a EFE fuentes diplomáticas, "no se llegó a ninguna conclusión".

Respuesta de Lavrov

Lavrov respondió a los comentarios de Borrell en su blog, diciendo que quizás sea la UE la que se está desconectando progresivamente de Rusia, en un comentario en la página web del ministerio de Exteriores ruso.

En su reunión, el jefe de la diplomacia rusa defendió su "enfoque en normalizar toda la gama de relaciones con la Unión Europea, basadas no en demandas unilaterales, sino en el respeto mutuo y la consideración de los intereses de los demás".

Entre esos intereses mencionó la cooperación en campos como la ciencia, la tecnología, el cambio climático, el sector energético y la sanidad.

Respecto a este último punto, la Agencia Europea del Medicamento está dando asesoramiento científico a las autoridades rusas para adaptar la producción de su vacuna Sputnik V contra la covid-19 a los principios sanitarios comunitarios, mientras que Hungría ya ha adquirido 40.000 dosis del fármaco.