La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció haber sido testigo de la ejecución extrajudicial a manos de soldados etíopes de al menos cuatro hombres que viajaban en un minibús en la región norteña de Tigray, que sufre una ofensiva militar del Gobierno etíope desde principios de noviembre.

En un comunicado divulgado a última hora de ayer, la organización explica como tres de sus trabajadores -identificados en un vehículo corporativo- fueron retenidos el martes en la carretera que conecta la capital provincial, Mekele, con Adigrat en una zona en la que tras una presunta emboscada había todavía "vehículos militares en llamas". "Soldados etíopes pararon al coche de MSF y a otros dos minibuses públicos que iban detrás. Los soldados obligaron a los pasajeros a abandonar los minibuses. Los hombres fueron separados de las mujeres, a las que se permitió huir. Poco después, dispararon contra los hombres", detalla el texto.

Al vehículo de MSF se le permitió continuar, pero poco después fue de nuevo detenido por otro grupo de soldados, quienes golpearon a su conductor "con la culata de un arma y amenazaron con matarle". Finalmente, pudieron continuar su viaje hasta Mekele.

El conflicto en Etiopía estalló el 4 de noviembre después de que el Gobierno central atacara al partido regional Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT), en represalia por una agresión previa de fuerzas tigriñas a una base del Ejército federal. Desde entonces, además de miles de desplazados internos que requieren asistencia humanitaria al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales de este país.

Asimismo, grupos humanitarios han denunciado posibles "crímenes de guerra" como masacres de cientos de civiles -más de 100 personas fueron asesinadas en Axum por fuerzas eritreas el pasado noviembre-, violencia sexual generalizada y saqueos de hospitales y centros médicos.

El martes Abiy confirmó por primera vez de forma oficial la presencia de tropas eritreas en Tigray -hecho que negaba pese a las continuas denuncias de la ONU y grupos de derechos humanos-, pero aseguró que no estaban involucradas en el conflicto sino que solo protegían por motivos de "seguridad nacional" las áreas fronterizas con su país.