La interceptación este domingo por parte de las autoridades de Bielorrusia de un avión de la aerolínea Ryanair, que cubría la ruta entre Atenas (Grecia) y Vilnius (Lituania), y forzado a aterrizar en Minsk para detener al periodista y opositor Roman Protasevich ha vuelto a poner en el punto de mira de la UE el régimen de Alexander Lukashenko y ha desatado una tormenta política en Europa que ha forzado al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a modificar la agenda de la cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UE, que se celebra este lunes y martes en Bruselas, para abordar esta última crisis.

“El comportamiento escandaloso e ilegal del régimen de Bielorrusia tendrá consecuencias. Los responsables del secuestro del (vuelo de) Ryanair deben ser sancionados y el periodista Roman Protasevich liberado inmediatamente”, reclamaba este domingo la presidenta de la Comisión EuropeaUrsula von der Leyen. “El aterrizaje forzoso del vuelo de Ryanair es inaceptable” y “el Consejo Europeo debe transmitir un mensaje claro e inequívoco”, ha exigido el primer ministro belga, Alexander de Croo, sobre un incidente que sienta un peligroso precedente y supone un nuevo test para la política exterior europeo. "Tiene que haber consecuencias claras", se ha sumado el austríaco Sebastian Kurz.

Sobre la mesa de los líderes de la UE habrá este lunes varias posibilidades además de ampliar las sanciones ya vigentes contra Bielorrusia. Entre ellas, por ejemplo, la suspensión de las conexiones aéreas con Minsk, la prohibición de sobrevolar del espacio aéreo bielorruso para las aerolíneas europeas, que algunas como Air Baltic ya han decidido adoptar, y la prohibición a la aerolínea bielorrusa Belavia de aterrizar en aeropuertos europeos e incluso de sobrevolar el espacio aéreo de la UE. “Junto con socios internacionales trabajaremos para cerrar el espacio aéreo de Bielorrusia a los vuelos internacionales”, ha avisado la primera ministra lituana, Ingrida Simonyte. "El espacio aéreo bielorruso debe reconocerse como inseguros y los aviones bielorrusos no deben aceptarse en los aeropuertos europeos", ha reclamado el presidente lituano, Gitanas Nauséda.

“Interceptar un avión, obligarlo a aterrizar cuando va a abandonar el espacio aéreo bielorruso y secuestrar a un pasajero de ese país es muy grave”, ha advertido este lunes el alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell, en la cadena Onda Cero. Sus palabras resumen el sentir generalizado en las distintas capitales europeas que ven en el incidente un “secuestro de estado” y un “acto de piratería aérea patrocinada por un Estado” que no puede quedar impune. A la espera de las conclusiones de la cumbre y de ver si los Veintisiete son capaces de reaccionar con unanimidad -la semana pasada fracasaron en emitir un comunicado a 27 sobre Oriente Próximo y hace un mes sobre China por la oposición de Hungría-, Borrell ha llamado a consultas al embajador bielorruso ante la UE, Alexander Mikhnevich, para transmitirle la condena de la UE ante lo que ven como "otro intento flagrante de silenciar a la oposición", ha dicho Borrell.

Investigación internacional

La UE ya ha pedido una investigación internacional de lo ocurrido pero está por ver si los líderes europeos serán capaces de lograr la unanimidad necesaria y responder con rapidez al nuevo desafío de Lukashenko, reelegido presidente en agosto del año pasado en un proceso electoral no reconocido por la UE. La discusión tendrá lugar durante una cena de trabajo que arrancará pasadas las siete de la tarde y en la que originalmente estaba previsto mantener un debate sobre las relaciones con el Reino Unido y la implementación de los acuerdos del brexit, la situación en Palestina e Israel y un debate estratégico sobre las relaciones con Rusia que sigue siendo capital a ojos de la UE al ser además el principal valedor de Lukashenko.

El borrador de conclusiones preparado por el equipo del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, vuelve a condenar las actividades provocadoras de Rusia contra la UE y encarga a la Comisión Europea y a Borrell que presenten un informe sobre el estado de las relaciones para la cumbre de finales de junio. "El interés de la UE es tener una relación estable con Rusia. El debate es cómo conseguirlo", explican fuentes diplomáticas.

Pacto migratorio

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Sobre Oriente Próximo, la intención de los Veintisiete es dar la bienvenida al alto el fuego y reafirmar su compromiso a seguir trabajando con los socios internacionales para relanzar el proceso de paz para la búsqueda de una solución basada en dos estados. En cuanto a las relaciones con el Reino Unido, el documento recuerda a Londres que el acuerdo del brexit y el acuerdo que regula las relaciones comerciales son la base de la nueva relación e insisten en que un tercer país no puede obtener los mismos beneficios que un Estado miembro y que la relación “debe basarse en un equilibrio de derechos y obligaciones”.

Además el primer ministro italiano, Mario Draghi, ha pedido la inclusión de un punto de información sobre la política migratoria para urgir al resto de colegas a acelerar las negociaciones del pacto de asilo e inmigración, que llevan meses bloqueadas. La intención de Roma, según han explicado fuentes diplomáticas, es incluir el asunto en el orden del día de la cumbre de junio porque “es absolutamente necesario llegar a un acuerdo”, avisaba la semana pasada Draghi. Una petición que España apoya, según han explicado fuentes de Moncloa. No se descarta que durante esta petición intervenga el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para hacer una mención a los incidentes de la la semana pasada en Ceuta. La agenda de los líderes europeos también incluye un debate sobre cambio climático y balance de la situación del covid19 aunque ambos asuntos se abordarán en la jornada del martes.