Malos augurios para la inminente cumbre entre los presidentes de Estados UnidosJoe Biden, y Rusia, Vladímir Putin, prevista para el próximo 16 de junio en Ginebra. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, ha anunciado este lunes en Moscú el despliegue de una veintena de unidades militares adicionales en las regiones colindantes con la frontera oeste de la Federación. Hace pocas semanas, la concentración de cientos de miles de efectivos del Ejército de tierra, la aviación y la Marina rusas precisamente en esta región próxima a la demarcación con la vecina Ucrania suscitó la alarma en las cancillerías occidentales, ante la posibilidad de que el Kremlin se lanzara a una nueva aventura militar en el país vecino.

"Las acciones de nuestros colegas occidentales destruyen el sistema de seguridad global y nos impulsan a tomar medidas razonables", ha informado Shoigu durante una reunión en la sede del Ministerio. "Estamos mejorando permanentemente la composición de combate de nuestras Fuerzas Armadas, unas 20 unidades militares y formaciones militares serán desplegadas en el Distrito Militar Occidental", ha precisado.

El dirigente ruso ha justificado la decisión alegando un incremento de la actividad de los ejércitos de la OTAN en las cercanías de sus fronteras, incluyendo "maniobras militares", "vuelos en aviones estratégicos" y "barcos de guerra con misiles de crucero". El así llamado Distrito Militar Occidental de Rusia engloba a 26 sujetos federales del oeste del país, e incluye a varias de las principales ciudades rusas, entre ellas MoscúSan Petersburgo y Nizhni Nóvgorod. Desde las fronteras occidentales con Bielorrusia, Rusia y las tres repúblicas bálticas, se adentra unos 600 kilómetros en territorio ruso.

Con mal pie

Ciertamente, la cumbre de Suiza entre los líderes de la Casa Blanca y del Kremlin arranca con mal pie. La elaboración de la agenda de temas a debatir durante la cita está provocando numerosos roces en esta fase de preparativos, y el viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, ha admitido, en declaraciones recogidas por TASS, que las propuestas de temas planteadas por una y otra delegación "no encajan". En tono de amenaza, ha llegado a advertir que en los próximos días, la parte estadounidense recibiría "señales no confortables". El desencuentro podría haber sido provocado por las palabras del presidente estadounidense pronunciadas el día anterior, quien había declarado que elevaría la cuestión de los derechos humanos en las conversaciones con su homólogo ruso, en un momento en que las autoridades judiciales de Rusia estrechan el cerco sobre la oposición y la prensa independiente, en algunos casos con el objetivo declarado de asfixiarla.

Recogiendo el guante, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha dicho que si ello sucedía, la parte rusa también se interesaría por los detenidos y encausados durante el asalto al Capitolio en enero pasado, y las limitaciones impuestas en los medios de comunicación y en las redes sociales a los movimientos ultraderechistas en Occidente para difundir sus mensajes. "Seguimos atentamente la persecución de unas personas acusadas en unos disturbios en Washington el 6 de enero; ocurren muchas cosas interesantes allí desde el punto de vista de los derechos humanos, los derechos de la oposición y la defensa de los intereses de la oposición", ha prevenido.