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Enfrentamiento diplomático

Planes millonarios en el Sáhara, entre las claves ocultas de la crisis España-Marruecos

Rabat licita un gran puerto en Dakhla destinado a arrebatar pesca y tráfico americano a Canarias - El gobierno marroquí acuerda con multinacionales francesas inversiones estratégicas en plena zona de guerra con el Polisario

ista aérea de Dakhla (también llamada Dajla), la antigua Villa Cisneros, capital de la que fue provincia sahariana española de Río de Oro.

Cuando, el pasado 30 de abril, el Ministere de L'equipement, du Transport, de la Logistique et de l'Eau de Marruecos comunicó su decisión sobre su mayor plan estratégico de obra pública, habían pasado doce jornadas de que llegara al aeropuerto de Zaragoza, en avión argelino, el líder del Frente PolisarioBrahim Gali. Y solo ocho días de que el digital Jeune Afrique publicara en exclusiva, de fuentes francesas, que quien también es presidente de la República Árabe Saharahui Democrática en el exilio había sido hospitalizado en secreto por España. Y faltaban solo dos semanas para que las relaciones entre Madrid y Rabat se quebraran bajo una oleada de 10.000 migrantes sobre la desprevenida Ceuta.

Ese 30 de abril, el gobierno de Marruecos dejó trascender la adjudicación para la construcción del nuevo puerto Dakhla Atlantique, con importantes intereses franceses en juego. Aun está por reconstruir cuánto de este plan tiene que ver con la riada humana del 17 y 18 de mayo.

Variables principales del proyecto: un dique principal de 2.800 metros sobre el actual viejo complejo flotante, otro de 600, un muelle comercial de 800 metros, otro de pesca de 1.500, una dársena de 390.000 metros cuadrados y un área logística de 1.650 hectáreas en una manga de arena y piedra entre el desierto del Sáhara y el Atlántico. El gobierno marroquí anunció en un "Avis de Appel d''Ofres" (convocatoria de ofertas) la licitación del que podrá ser a medio plazo una fuerte competencia para los puertos canarios en su tradicional función pesquera y de escala en la travesía de Europa y África a América Latina.

La fecha de apertura de plicas que señalaba el aviso era el 28 de enero, dos meses y medio después de la ruptura del alto el fuego entre Marruecos y el Frente Polisario. Las obras llevan el camino de iniciarse en plena zona de guerra, al tiempo que Rabat presiona a España y a Alemania para que se le reconozca soberanía sobre el Sáhara Occidental, y mientras ese territorio aún por descolonizar espera una intervención final de Naciones Unidas.

Negocio francés

Dakhla es el nombre de una población completamente marroquinizada sobre la que hasta 1976 fue Villa Cisneros, capital de la provincia española de Río de Oro. La huella hispana ha sido prácticamente borrada. La ciudad tiene delante una de las mayores -y mordidas- reservas de pesca, compartida con aguas canarias, y el monte sumergido Tropic, que alberga la mayor veta de telurio, mineral estratégico, detectada hasta ahora en el planeta.

Por ese monte y su potencial minero, la intención de Marruecos de ampliar su zona económica marítima viene siendo, desde diciembre de 2019, causa de fricción de Madrid y Rabat. El proyecto del puerto enquista ahora esa espina de la crisis diplomática.

Royal Air Maroc ya vende vuelos a Dakhla directos desde París. Es posible comprarlos desde el 15 de junio por una media de 400 euros ida y vuelta. Es una de las consecuencias del desarrollo del proyecto. Y también de su influencia francesa.

El gigante francés Eiffage competía en el concurso del puerto, licitado en 1.000 millones de dólares. Rabat ha concedido la obra al consorcio marroquí Somagec-SGTM, que portavoces del Polisario han ligado repetidamente a la familia de Mohamed VI. Fuentes saharahuis en España explican que Eiffage no pierde del todo el concurso, pues dirigirá y asesorará los trabajos.

En torno al puerto, la mejora de la carretera Dakhla-Tiznit es un encargo para la ingeniería francesa Cegelec. Y a nueve kilómetros, la ampliación del aeropuerto ha sido concedida a GTR, filial de otra gigante francesa: Bouygues. Ese aeropuerto recibe este mes un vuelo inaugural directo de París lleno de invitados galos, la mayoría de ellos diputados de la Asamblea Nacional, mientras el Frente Polisario trata de que no se oficialice de facto la ocupación del Sáhara Occidental.

Artillería polisaria en un bombardeo de posiciones saharauis en las cercanías de Mahbes, en el Sáhara Occidental. FP

Cada día el ejército saharahui publica un parte de guerra en el que, casi sin solución de continuidad, su artillería bombardea alguna posición marroquí en la arena. La pista de la vieja Villa Cisneros queda a un mínimo de 300 kilómetros de los cañones. Y mucho más lejos, en París, el maestro de ceremonias que el Polisario señala como catalizador de estas inversiones. Se llama Jean-Louis Borloo, fue ministro de Economía con Sarkozy. El 14 de diciembre de 2020, tras reconocer el presidente saliente americano Donald Trump la soberanía marroquí sobre el Sáhara -no ratificada aún por la vía de los hechos por la administración Biden-, Borloo animó a la UE a hacer lo mismo. La declaración de Trump "es la coronación de todo un camino del pueblo marroquí, de su majestad el rey Mohamed VI y su padre, su majestad Hassan II" declaró, con toda ceremonia, a la Agencia Marroquí de Noticias.

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