La rama afgana del grupo terrorista Estado Islámico (EI) reivindicó este jueves el doble atentado que ha dejado decenas de muertos en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul, según un comunicado de la agencia de información de los radicales, Amaq, difundido por sus canales de propaganda en internet.

Minutos antes, el jefe del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), general Kenneth McKenzie, atribuía al grupo terrorista Estado Islámico (EI) la autoría de las dos explosiones y del ataque armado de este jueves contra el aeropuerto de Kabul.

En una rueda de prensa en el Pentágono en la que intervino telemáticamente, el general dijo que suicidas del EI detonaron bombas fuera del aeropuerto, lo que fue seguido de un ataque armado.

Además, el general ha confirmado al menos doce militares muertos y 15 más heridos en los atentados perpetrados este jueves en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul, escenario de la compleja operación de evacuación puesta en marcha tras la toma de la capital por parte de los talibán.

"Hoy es un día duro", ha explicado, tras confirmar las cifras de muertos y fallecidos en rueda de prensa desde el Pentágono.

La evacuación continúa

Asimismo, el general McKenzie ha dicho que Estados Unidos continuará su misión de evacuación en Afganistán pese al atentado.

"Pese al ataque, continuamos con la misión", remarcó McKenzie, cuando fue preguntado sobre si este ataque ha alterado los planes de culminar el repliegue y la evacuación de Afganistán para el próximo 31 de agosto.

El presidente estadounidense, Joe Biden, ha fijado esa fecha como plazo para finalizar la evacuación de ciudadanos estadounidenses y colaboradores afganos del país tras la toma del poder por parte de los talibanes.

McKenzie informó que actualmente hay 5.000 personas dentro del aeropuerto esperando abordar uno de los aviones de evacuación.

"Seguimos con el proceso y sacando a gente fuera (de Afganistán), agregó el general, quien recordó que en las últimas dos semanas se han evacuado de Kabul cerca de 90.000 personas.

McKenzie descartó, además, el envío de tropas adicionales a Afganistán. "Tenemos lo que necesitamos para protegernos", aseguró.

EEU. cree que un suicida del grupo terrorista Estado Islámico (EI) detonó una bomba en uno de los accesos al aeropuerto de Kabul, la llamada Abbey Gate, mientras que otro hizo estallar los explosivos que llevaba encima cerca del Hotel Baron, situado en las proximidades del aeródromo, lo que fue seguido por un ataque armado.

Fuentes sanitarias de Afganistán han informado de la muerte de 60 civiles afganos y que otros 150 han sufrido heridas.

El Gobierno de EEUU había avisado en los últimos días de una posibilidad "muy real" de un ataque terrorista en las inmediaciones del aeropuerto afgano.

EEUU intenta evitar más ataques

Por otro lado, las Fuerzas Armadas de EEUU han estado compartiendo información con los talibanes para evitar que se produzcan más atentados como el este jueves en el aeropuerto de Kabul, cuya autoría ha reclamado el Estado Islámico (EI) y que ha dejado decenas de muertos.

McKenzie explicó que las fuerzas estadounidenses han estado "compartiendo información con los talibanes" y tienen intención de seguir "coordinándose" para evitar más ataques.

El general argumentó que Washington y el grupo insurgente comparten un "propósito común" en la misión de evacuación que tiene previsto concluir el 31 de agosto.

"Ellos (los talibanes) tienen una razón práctica para querer que estemos fuera para el 31 de agosto. Ellos quieren volver a tomar control del aeropuerto. Nosotros también queremos irnos en esa fecha, si es posible hacerlo. Así que compartimos un propósito común", afirmó.

McKenzie indicó que esa colaboración está siendo "útil" y que los talibanes han frustrado "algunos ataques" contra el aeropuerto.

Avisó también que todavía hay "una serie de amenazas activas" contra el aeropuerto de Kabul y detalló que el próximo golpe podría llegar en forma de un ataque con cohetes o un atentado con un coche bomba.

Por eso, las fuerzas estadounidenses han pedido al grupo insurgente que cierre algunas calles cercanas al aeropuerto para evitar que se acerquen vehículos que puedan llevar una bomba.