Los líderes del G-20 sellaron, por fin, este sábado en Roma un acuerdo para la implementación del impuesto mínimo global a las multinacionales del 15%. Tras cuatro años de trabajos, después de que el propio G-20 lanzara a la organización de países desarrollados OCDE el encargo, los trabajos al culminado y la cumbre de líderes de Roma le han prestado un "amplio y transversal apoyo" en la reunión plenaria de este sábado, según subrayó la presidencia italiana del foro. "Hemos alcanzado un acuerdo histórico para un sistema fiscal internacional más justo y más eficaz", subrayó el primer ministro italiano, Mario Draghi anfitrión de la cumbre de Roma.

En la reunión de este sábado, centrada en salud y economía, el propio presidente de EEUU, Joe Biden, prestó su apoyo a la iniciativa, que ha llegado al G-20 avalada por 136 países tras los trabajos de la OCDE. "Aquí, en el G-20, líderes que representan el 80% del PIB mundial -tanto aliados como competidores- han expresado claramente su apoyo a una tributación mínima global", dijo después Biden en su cuenta de tWitter. "Esto es más que un acuerdo fiscal justo. Es la diplomacia la que está remodelando nuestra economía global y brindando beneficios a nuestra gente" añadió. El apoyo prestado desde el primer momento por Biden a los trabajos de la OCDE para una fiscalidad global ha sido clave para que este G-20 haya podido acabar asumiendo un objetivo al que siempre se opuso su antecesor, Donald Trump.

También se oyeron en el plenario del G-20 de este sábado voces de apoyo a la iniciativa por parte de Brasil, Francia y Corea. El presidente español, Pedro Sánchez, por su parte, expresó el deseo de que el acuerdo llegue a las legislaciones de los países "lo antes posible", según explicó la propia vicepresidenta económica, Nadia Calviño, a los medios de comunicación al dar cuenta de los avances que se están logrando en una cumbre que finalizará a mediodía de este domingo. Según fuentes de la delegación española, el acuerdo que incorporará el comunicado final de esta cumbre del G-20 instará a los países a adoptar la nueva fiscalidad antes de 2023, una referencia temporal que España hubiera querido más cercana.

El acuerdo fiscal alcanzado de la OCDE incluye la fijación de un tipo mínimo de sociedades del 15% para las compañías con una facturación a partir de 750 millones de euros. Como segundo pilar, el acuerdo establece el principio de que las multinacionales deberán contribuir allí donde generan su beneficio y no solo donde tiene la residencia fiscal su sede.

Donde el G-20 no va a lograr un compromiso global es sobre uno de los mayores problemas económicos que aquejan en este momento a los países desarrollado y que se refiere a los problemas mundiales de suministro de energía y materias primas. "Necesitamos adaptar el suministro de energía", dijo en las reuniones el presidente de EEUU, que ha optado por convocar una 'minicumbre' paralela para tratar este asunto con 15 líderes del G-20 este domingo en Roma.

Protestas pacíficas

La ratificación del acuerdo para una tributación global mínima del 15% de las multinacionales y el compromiso de llegar a un 70% de la población mundial vacunada a mediados de 2022 son los dos acuerdos concretos que espera ofrecer el G-20 desde Roma, una ciudad por la que este sábado han marchado de forma pacífica y festiva miles de jóvenes ecologistas en protesta contra las políticas económicas y medioambientales de las potencias. " Ustedes el G-20, nosotros el futuro", escribieron los manifestantes en una de sus pancartas más grandes. 

En relación a las vacunas, el presidente Pedro Sánchez anunció en el plenario del G-20 que anunció que en el primer trimestre de 2022 España habrá alcanzado 50 millones de vacunas donadas a países desfavorecidos. "Cada español donará más de una vacuna a los más vulnerables", subrayó la vicepresidenta económica Nadia Calviño, que acompaña a Pedro Sánchez en esta cumbre.

Conflictos internacionales

El conflicto pesquero entre Francia y Reino Unido ha sobrevolado la cumbre. En un maniobra inesperada, el primer ministro británico, Boris Johnson, se quejó ante la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, por las amenazas "completamente injustificadas” de París sobre las licencias de pesca. Londres se pronunció de esta manera después de que el mandatario francés, Emmanuel Macron, dijera en una entrevista que el conflicto ha puesto en discusión “la credibilidad” del Gobierno británico. El desenlace de la disputa tal vez se conozca este domingo en la reunión que ambos países han decidido celebrar en Roma, aprovechando la presencia física de ambos mandatarios.

De igual manera, la cumbre del G-20 también ha servido para abordar el futuro del acuerdo nuclear con Irán (2015), que limitaba la producción de uranio enriquecido del país a cambio del levantamiento de sanciones comerciales y que Teherán abandonó después de haber sido saboteado por Donald Trump. Sobre este tema, Alemania, Francia, Estados Unidos y Reino Unido emitieron este sábado un comunicado conjunto en el animan al Gobierno iraní a hacer “un esfuerzo de buena fe” para reincorporarse en el pacto “con urgencia”. Esta es “la única manera para evitar una peligrosa escalada”, que “no interesa a ningún país”, añadieron los cuatro grandes.

Otro de los conflictos latentes, con Turquía, también se acabará abordando en esta reunión de líderes, después de conocerse que el presidente estadounidense, Joe Biden, se reunirá con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, este domingo en Roma, al margen del G20, en un momento de importante tensión entre los dos países de la OTAN.