El director general del Ministerio de Sanidad israelí, el profesor Nachman Ash, ha explicado que están estudiando prohibir el viaje a los lugares con mayor índice de incidencia del coronavirus de Europa tras un repunte de los casos.

Ash ha defendido la necesidad de reducir el riesgo de la entrada de nuevas variantes de la COVID-19 y preservar la recuperación de la normalidad, según declaraciones recogidas por el periódico 'Yedioth Aharonoth'.

"Es lo que hemos estado intentando hacer en los últimos meses y no es tarea sencilla", ha apuntado, al tiempo que ha recordado que los contagiados que llegan por avión son pocos gracias a que la dosis de refuerzo sigue siendo efectiva que tienen puesta los viajeros israelíes. Sin embargo, considera que el refuerzo no será efectivo más de seis meses.

En estos momentos se permite la visita de turistas extranjeros y la salida de connacionales, ha recordado Ash, que sin embargo no descarta clasificar como "zonas rojas" ciertas áreas para que no se permita la entrada de israelíes. "Estudiamos los datos cada semana", ha subrayado.

El Gobierno también quiere ampliar la campaña de vacunación contra la COVID-19 para prevenir nuevos repuntes, para lo cual ya confirmado su visto bueno a inmunizar a niños de entre cinco y once años, como ha confirmado el propio Ash este domingo a última hora.

Los menores de doce años recibirán la vacuna de Pfizer, si bien las autoridades aún deben determinar cuándo comenzarán las inyecciones para esta nueva franja de edad. El primer ministro, Naftali Bennett, ha emplazado a los padres a vacunar a sus hijos, poniendo a su propia familia como ejemplo: "Mi hijo pequeño, David, se vacunará cuando sea posible".

El Gobierno es consciente de que puede encontrarse con las mismas reticencias que en la franja de adolescentes, ya que solo el 63 por ciento de los jóvenes de entre 16 y 19 años están vacunados y el dato cae al 58 por ciento en el tramo que va entre los 12 y los 15 años, según el periódico 'The Jerusalem Post'.