Rusia vetó este viernes en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución propuesta por Estados Unidos para condenar su invasión de Ucrania y exigir la salida de las tropas de Moscú del país vecino.

El texto, copatrocinado por decenas de países de todo el mundo, obtuvo el apoyo de once de los quince miembros del Consejo de Seguridad, tres abstenciones -de China, India y Emiratos Árabes Unidos- y un único voto en contra, de Rusia. El veto ruso era totalmente esperado y Estados Unidos ya reconocía de antemano que su objetivo era, principalmente, mostrar al mundo el aislamiento de Moscú.

En un intento de EEUU y sus aliados por reunir el mayor apoyo posible, la votación se retrasó en el último momento durante algo más de dos horas para retocar el texto y tratar de convencer a países que tenían dudas sobre si apoyarlo o no. Finalmente, Rusia se quedó totalmente sola en su oposición al texto, mientras que tres de los Estados que habían mantenido una postura más o menos equidistante hasta ahora -China, India y Emiratos Árabes- se abstuvieron. Brasil, otro país cuyo voto estaba en duda, optó finalmente por apoyar la resolución tras insistir durante las negociaciones en la necesidad de mantener un equilibrio que permita denunciar las acciones rusas pero no cerrar la puerta a la posibilidad de negociaciones para parar el conflicto.

La embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, reaccionó al fracaso de la resolución subrayando que no supone una sorpresa e insistiendo en que Rusia terminará por rendir cuentas. "Rusia puede vetar esta resolución, pero no puede vetar nuestras voces, no puede vetar la verdad, no puede vetar al pueblo ucraniano", insistió.

Según habían adelantado ya fuentes diplomáticas occidentales, una vez confirmado el veto ruso y, por tanto, el fracaso de la resolución en el Consejo de Seguridad, EEUU y sus aliados planean llevar la cuestión ante la Asamblea General de la ONU, el órgano en el que se sientan los 193 países de la organización. Dado que allí no hay derecho de veto, se espera que la resolución salga adelante sin problemas, pero los textos de la Asamblea General no tienen carácter vinculante ni la misma relevancia que los del Consejo.