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Adiós a un estadista clave del siglo XX

"Gorbachov irradiaba magnetismo", afirman quienes lo trataron en Asturias en 1994

El último líder de la Unión Soviética participó en Oviedo en un campus internacional: "Era un hombre carismático, entrañable y cercano"

Gorbachov intenta dialogar con las personas que se manifestaban en su contra durante su visita a Oviedo en 1994. | LNE

Mijaíl Gorbachov era un hombre "carismático" y "muy humano". Tanto él como su esposa, Raísa Gorbachova, irradiaban "magnetismo". Son recuerdos que dejó el que fuera último líder de la Unión Soviética en algunas de las personas que lo conocieron durante la visita que realizó a Asturias en mayo de 1994 para impartir una conferencia en el Teatro Campoamor de Oviedo, en el marco de un campus internacional organizado por el Ayuntamiento y LA NUEVA ESPAÑA. Iniciativa en la que participaron también otras destacadas personalidades, como George Bush padre, Mario Vargas Llosa, Simon Peres, Noam Chomsky, Henry Kissinger, John Kenneth Galbraith o Raúl Alfonsín.

El entonces alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, recuerda especialmente el "magnetismo" de Gorbachov, un hombre "muy cercano" y un "líder carismático, que pese a las dificultades que entrañaba entenderse con él a través de intérpretes, irradiaba liderazgo y carisma, tanto por su forma de hablar como de mirar".

Antonio Trevín era en 1994 presidente del Principado y mantuvo con Gorbachov una entrevista de casi una hora. "Lo primero que recuerdo es a Raísa. Ella fue la que más habló, la que defendió el legado de Gorbachov, la necesidad de oxigenar la política comunista soviética y de abrir espacios hacia modelos de más libertad. Ella hablaba y él asentía". Trevín quedó "impresionado" con el "aura" de Raísa Gorbachova. Pese a que el impulsor de la perestroika habló poco, Trevín intuyó que era un hombre "convencido y honrado en su proyecto de reforma radical del régimen soviético", pero también de que el país ya enfilaba "caminos distintos". Le pareció "un hombre digno, lúcido y consciente de su papel en la historia". La anécdota de la jornada fue que Gorbachov quedó encantado con el regalo que le entregó Trevín, unas moscovitas, y con las leyendas sobre el origen del nombre de esas galletas.

Santos González, catedrático de la Universidad de Oviedo, había tenido múltiples contactos con matemáticos soviéticos y el que fuera presidente autonómico Juan Luis Rodríguez-Vigil, tras un viaje a Siberia, le encargó que trajera científicos rusos a Oviedo. Trajo a seis. Fue el preludio de la visita de Gorbachov, a quien Santos González recibió en la Universidad junto a varios científicos de la URSS. "Aquel encuentro fue muy entrañable", rememoró. Gorbachov irradiaba un "halo de esperanza de cambio" en una Unión Soviética hasta hacía poco "cerradísima". Le pareció un hombre "entrañable y cercano". Y la visita, "fantástica".

Gorbachov llega al Campoamor precedido por el entonces rector, Santiago Gascón, ya fallecido, y seguido por Gabino de Lorenzo. | LNE

Gorbachov llega al Campoamor precedido por el entonces rector, Santiago Gascón, ya fallecido, y seguido por Gabino de Lorenzo. | LNE

Uno de los matemáticos que recibió a Gorbachov junto a Santos González fue Serguei Shmarev, que había llegado a la Universidad de Oviedo en 1992. Recordó que Raísa Gorbachova llevaba la voz cantante. Era la que ayudaba en la conversación y le hacía entender a su marido lo que le trasladaban sus interlocutores. "Pensé que a consecuencia de los acontecimientos políticos anteriores (la desintegración de la URSS) estaba tocado", señaló Shmarev. Le pareció "muy humano y siempre dispuesto a dialogar". Recuerda que cuando Gorbachov se dirigía de la Universidad al Campoamor vio a un grupo de personas, entre ellos varios "niños de la guerra", con pancartas de protesta. "Lo acusaban de traición, de haber destruido el país. Él se desvió, se dirigió hacia el grupo e intentó hablar con ellos, pero parece que los manifestantes no tenían nada que decir".

Benigno Pendás, presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (RACMYP) y de los Cursos de La Granda, afirmó que Gorbachov es "uno de esos personajes que pasarán a la historia como alguien que cambió el mundo. Cuando éramos jóvenes, parecía imposible que el mundo soviético fuera a cambiar porque parecía estancado para siempre, pero él inició una etapa nueva que, al menos, cambió la dinámica de la sociedad internacional. Ojalá también en la Rusia actual se aprenda de su imagen y de su figura", expresó.

Santos González saluda a Gorbachov en la Biblioteca de la Universidad de Oviedo; a la izquierda de la imagen, Serguei Shmarev. | LNE

La catedrática de Filosofía Amelia Valcárcel declaró en La Granda que el fallecimiento del Premio Nobel de la Paz en 1990 es "motivo de gran tristeza porque se atrevió a ver lo que ya se sabía y es que la Unión Soviética era un muerto viviente. Pero esto no ha sido sustituido por el paraíso terrenal", añadió.

El consejero de Industria, Enrique Fernández, lamentó la pérdida de un líder "que en su momento supo adaptar todo un país a la realidad del momento y, sobre todo, que supo buscar la paz y el entendimiento de los pueblos". "Gorbachov supo huir de todo lo que desgraciadamente estamos sufriendo ahora, que es lo contrario, como esta invasión, este sinsentido que es siempre una guerra y que estamos sufriendo en Europa", finalizó.

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