El primer ministro saliente de ItaliaMario Draghi, ha prometido este miércoles una transición "ordenada", hacia el nuevo Gobierno que tomará el poder tras la victoria de la coalición que lidera Giorgia Meloni, la líder del partido de extrema derecha Hermanos de Italia. Draghi se ha pronunciado de esta manera después de que en las últimas horas circularan en la prensa italiana todo tipo de reconstrucciones sobre cómo el país está llevando a cabo el traspaso del poder político. Con ello, el exjefe del Banco Central Europeo también ha asegurado que el cambio se mantendrá dentro de "las correctas relaciones institucionales".

De la misma manera, aunque con un lenguaje más punzante, Meloni -que no aparece públicamente desde la noche electoral- ha tachado de "bastante surrealistas" algunos entrecomillados atribuidos a ella sobre un supuesto acuerdo con Draghi. Son "reconstrucciones totalmente arbitrarias" e "inventadas por completo", ha escrito en las redes sociales Meloni. La líder de Hermanos de Italia ha hablado así horas después de intervenir sobre uno de los temas más debatidos durante la campaña electoral italiana: la posibilidad de que su coalición retire el apoyo de Italia a Ucrania frente a la guerra iniciada por el presidente ruso, Vladímir Putin.

Esto último se debe a las conocidas simpatías por Putin de los socios de Meloni, la Liga Forza Italia. Tal vez por ello Meloni ha optado por dirigirse directamente al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con un mensaje que fue más allá de los agradecimientos protocolarios ya hechos a otros jefes de Estado que la han felicitado en estos días.

El Gobierno de Kiev "puede contar con nuestro leal apoyo por la causa de la libertad del pueblo ucraniano", ha sostenido la política romana. "Manténganse fuertes y mantengan firme su fe", ha continuado la ultraderechista, con un texto difundido en Twitter en la noche del martes.

Mensaje para Bruselas

En este contexto, al igual que ella, también Draghi, en su caso dirigiéndose a Bruselas, ha enviado un mensaje de tono conciliador y con la clara intención de enfriar la preocupación de los aliados tradicionales de Italia por el cambio político en el país y los compromisos europeos pendientes.

Italia "ya está trabajando sobre los 55 objetivos (del plan de recuperación europeo) que (Italia) debe conseguir antes de que termine el año", ha afirmado el banquero italiano. Roma quiere cumplir "con antelación" con "numerosos objetivos, en septiembre y luego en octubre", ha informado Draghi, cuyo Gobierno permanecerá en funciones hasta la toma de posesión del siguiente Ejecutivo, algo que probablemente tendrá lugar a finales del mes que viene.

El esfuerzo también ha sido visible en una nota conjunta de Hermanos de Italia y la Liga con la que ambas formaciones han informado de una encuentro entre sus líderes, Meloni y Matteo Salvini. Una reunión, esta, que llega después de un primer cruce de reproches entre los dos partidos a cuenta del reparto de poder en el eventual gobierno de coalición. "El encuentro se ha desarrollado en un clima de gran colaboración y unidad de propósitos", han asegurado. 

Salvini, obsesionado con la inmigración

Dicho esto, a continuación, Salvini se ha salido de nuevo del guion. "Necesitamos que alguien defienda de nuevo nuestros confines, las leyes, las fuerzas del orden y la seguridad en Italia", ha opinado Salvini, en clara referencia al rumbo que él desea que el país tome con sus políticas migratorias. 

El momento es delicado. Las dos nuevas cámaras del Parlamento se deberán reunir el próximo 13 de octubre y las reuniones de los partidos con el presidente de la República, Sergio Mattarella, está previsto que se inicien en torno al 17 de octubre. Poco después, si nada se tuerce, Meloni podría recibir el encargo de formar Gobierno y tendrá que presentar una lista de posibles ministros para que Mattarella la valore. 

Por ello, Meloni ya ha empezado a trabajar en estos días en los nombres de su futuro equipo. No es tarea fácil. Cada partido de la coalición reclamará su cuota de protagonismo y Hermanos de Italia es una formación sin experiencia en las instituciones nacionales. Tampoco tienen casi figuras que hayan ejercido cargos a niveles tan altos. En cambio, Forza Italia y la Liga han gobernado en repetidas ocasiones.