Reunión de emergencia

Los países musulmanes condenan las quemas del Corán en Suecia y Dinamarca

La Organización de la Conferencia Islámica ha cargado contra "los actos provocativos de activistas de extrema derecha", que califica de "acciones criminales"

Un refugiado iraquí quema de nuevo el Corán ante el Parlamento sueco.

Un refugiado iraquí quema de nuevo el Corán ante el Parlamento sueco. / EFE

Andrea López-Tomàs

La crisis de los países musulmanes con algunos Estados escandinavos ha alcanzado cotas de alta tensión. En las últimas semanas, los primeros, liderados por Irak, han decidido cortar o reducir las relaciones diplomáticas con Suecia principalmente por permitir acciones en su territorio en las que se ha quemado el libro sagrado del Corán. Pero la tensión se está extendiendo a otros países, con protestas frente a estas embajadas y episodios violentos. Este lunes los países miembros de la Organización de la Conferencia Islámica (OIC) han celebrado una reunión virtual de emergencia a nivel de ministros de Exteriores para abordar la profanación del libro sacro musulmán. 

Durante su celebración, han declarado que "los actos provocativos hechos por activistas de extrema derecha son actos criminales perpetrados con la principal intención de atacar a los musulmanes e insultar su religión y sus valores y símbolos sagrados". A petición de Arabia Saudí e Irak, los representantes de los 56 Estados miembros han querido abordar los repetidos incidentes de profanación y quema de copias del santo Corán en Suecia y Dinamarca. A finales de junio, el refugiado iraquí, Salwan Monika, de 37 años, quemó una edición del libro a las puertas de la mayor mezquita de Suecia durante el primer día de la festividad del Eid. Cristiano y vinculado a grupos ultranacionalistas suecos, recibió la aprobación de las autoridades del país de acogida para ello bajo el amparo de la libertad de expresión. 

Poco tardó en reaccionar la población del país de origen de este refugiado, al que se le había negado la ciudadanía sueca hacía unos meses. En las últimas semanas, las protestas frente a la embajada sueca se han repetido con cánticos a favor del islam. Durante otra acción, 10 días después, Monika pisoteó y rompió otro ejemplar del Corán, sin quemarlo. La respuesta fue generalizada en varios países con gran población musulmana. En Bagdad, hace apenas dos semanas, cientos de personas, convocadas por el influyente líder religioso iraquí Moqtada Sadr, protestaron y provocaron el incendio de la embajada del país escandinavo en la capital iraquí. 

Boicot económico

También en Dinamarca, varios grupos ultranacionalistas y de extrema derecha han imitado las acciones de Monika frente a las embajadas egipcias, pakistaníes e iraquíes, provocando una crisis diplomática regional. Varios países árabes han insistido en la necesidad de medidas inmediatas para detener tales actos extremistas que consideran que provocan a los musulmanes en todo el mundo. Las protestas se propagaron, aunque con menos virulencia, frente a las embajadas suecas y danesas de países como Irán, el Líbano o Pakistán. Algunos de ellos retiraron a sus representantes diplomáticos escandinavos. Irak ha expulsado a la embajadora sueca de su territorio. 

El Parlamento de Kuwait, por su parte, ha ordenado al Ministerio de Comercio que prohíba la venta de productos fabricados por países involucrados en la quema del Corán. A su vez, el movimiento hutí de Yemen implementó una prohibición a las importaciones suecas a principios de mes. El Departamento de Marcas Registradas y Agencias Comerciales del grupo elaboró una lista de 30 agencias suecas y 100 marcas para boicotear. En medio de la creciente tensión, la semana pasada, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución, copatrocinada por Pakistán, para contrarrestar el discurso de odio y condenar los ataques a lugares de culto, símbolos religiosos y libros sagrados.