Elecciones en EEUU

Obama: “No necesitamos ver cómo es un Donald Trump más viejo y más chiflado”

En un mitin por Harris en Detroit, donde hasta se lanzó a rapear unos versos de Eminen, el expresidente redobla sus ataques al candidato republicano

Barack Obama y Eminem en el evento demócrata en Detroit.

Barack Obama y Eminem en el evento demócrata en Detroit. / Idoya Noain

Idoya Noain

Idoya Noain

Detroit (Enviada especial)

Las colas para entrar en Huntington Place, el centro de convenciones en el renacido downtown de Detroit, daban la vuelta a más de dos manzanas. Quedaban aún más de cuatro horas para que llegara a hacer un acto de campaña por Kamala Harris el expresidente Barack Obama, pero a nadie parecía importarle esperar bajo el sol y calor más propios de verano que de finales de octubre . 

Ya había corrido la voz de que Eminem, estrella local, iba a hacer acto de presencia en el mitin, pero nadie venía a ver al músico. El ídolo en esta metrópolis de Michigan llena de historia donde en las últimas elecciones presidenciales Joe Biden se llevó el 94% del voto era el primer presidente negro de Estados Unidos. Y era Obama quien, al salir al escenario tras la breve presentación de Eminem, se lanzaba a rapear los primeros versos de ‘Lose Yourself’, desatando el delirio.

Desatando pasiones

Obama sigue siendo, sin duda, la figura más influyente de los demócratas. Aún desata pasiones, ya sea entre septuagenarios como Cynthia Thompson, que para la ocasión se había puesto una camiseta en la que se leía “alegría negra”; en trabajadores de sindicatos o en jóvenes como Thomas Locke, que a los 21 años se estrenaba en esto de los mítines políticos, igual que se estrenará el 5 de noviembre en unas elecciones presidenciales. 

“Estaba en la guardería cuando él llegó a la Casa Blanca pero siempre me ha gustado y le he apoyado”, decía este estudiante de negocios sobre el expresidente. “Nos enseñó que puedes hacer lo que te propongas, ir a la escuela, ser bueno, hacer todas las cosas bien en la vida”.

En la recta final de la ajustadísima carrera en la que se miden Harris y Donald Trump Obama está poniendo toda la carne en el asador para tratar, sobre todo, de animar a la participación, una de las cuestiones que serán clave, sobre todo en urbes como esta para compensar los votos de Trump en zonas en las afueras y más rurales.

El de Detroit era su quinto mitin por la candidata, con la que participará en un acto conjunto por primera vez el jueves en otro estado fundamental, Georgia. Era también su quinta visita a un estado bisagra. Y en cada aparición va dejando un mensaje donde un eje es la defensa de la candidatura de Harris y Tim Walz, con el que este martes hacía horas antes su primer mitin conjunto en Wisconsin, pero donde el núcleo es el ataque a Trump. 

Humor, oratoria y seriedad

Obama, liberado de los pesos y rigores de la presidencia, cada vez lanza más dardos al republicano, y más afilados y envenenados, a menudo envueltos en humor, siempre en esa oratoria brillante que es una de sus señas de identidad . 

Algunos de esos dardos los tira, con intención, a dianas sensibles de Trump como el ego. Este martes en Huntington Place, el mismo escenario donde el republicano ofreció un mitin bastante menos concurrido el pasado viernes, el demócrata hacia referencia a esa diferencia de asistencia volviendo a recurrir al gesto con las manos que ya usó en su discurso en la convención demócrata en Chicago, insinuando que no es la única cuestión de tamaño que obsesiona al republicano.

El tono a menudo jocoso, como el que Obama empleó para recordar el reciente acto de Trump que devino en un extraño concierto de 40 minutos, no difumina la seriedad de las críticas ni del mensaje de Obama. Como está haciendo Harris, la meta clara es tratar de retratar a un Trump avejentado y sin propuestas políticas. Y el expresidente, que bromeaba diciendo que si una persona viera a su abuelo actuar como Trump debería “estar preocupada”, decía también; “Es alguien que quiere un poder sin controles. No necesitamos ver cómo es un Donald Trump más viejo y más chiflado sin salvaguardas”. 

El fondo del mensaje, sea cual sea el envoltorio, es de alerta. Este martes en Detroit, por ejemplo, al cuestionar la gestión de Trump de la pandemia Obama recordaba que en Canadá el índice de mortalidad per capita fue un 60% menor y dijo que en EEUU algunos habrían podido sobrevivir si hubieran tenido “un presidente competente que intenta mejorar las cosas, en vez de instar a inyectarse lejía”.

También aprovechaba la presencia en Huntington Place, uno de los lugares donde en 2020 se realizaron los recuentos de votos, para recordar que las mentiras de Trump sobre un inexistente robo electoral también en este estado bisagra llevaron a algunos de sus seguidores a llegar hasta el recinto, golpear las ventanas, intimidar a trabajadores electorales y pedir que se parara el recuento. Y Obama citaba un documento judicial presentado recientemente en el caso federal en su contra en Washington, según el cual uno de los asistentes de la campaña de Trump hace cuatro años instó a echar leña a ese fuego y "provocar una revuelta".

Fuerza

Obama en esta ocasión no lanzó un mensaje particular a los hombres negros, a los que en su entrada en la recta final de campaña si llamó a superar reticencias ante Harris y a abandonar dejes machistas. Pero hizo una defensa encendida de un tipo de masculinidad distinta a la que parece emanar Trump para convencer o atraer a algunos de sus seguidores. “La fuerza real es trabajar duro, ir cada día a la fábrica, partirse la espalda, aceptar responsabilidades, cumplir los deberes, ayudar a la gente que lo necesita”, dijo.   

Su mensaje final en Detroit fue insistir en la necesidad de movilizarse y votar. “Si estas elecciones os hacen sentir emocionados o asustados o esperanzados o frustrados o cualquier cosa entre medias, no os quedéis sentados esperando lo mejor”, dijo. “Sé que soy el tipo de la esperanza, pero no solo esperéis. Levantaos del sofá y votad”.

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