Guerra comercial

Trump amenaza a la UE con aranceles del 50% a partir del 1 de junio y minimiza las opciones de un acuerdo para evitarlo

Dice que las negociaciones "no van a ningún lado" y amenaza también a Apple y otros fabricantes de móviles con una tasa del 25% si no fabrican en EEUU

Trump amenaza a la UE con un arancel del 50% a partir del 1 de junio si no hay un acuerdo

Lucía Feijoo Viera

Idoya Noain

Idoya Noain

Nueva York

Donald Trump ha sacudido de nuevo este viernes la guerra comercial que ha abierto contra el mundo con una amenaza a la Unión Europea de imponerle aranceles del 50% desde el 1 de junio. El presidente estadounidense ha amenazado además a Apple con gravar con 25% los iPhone que se venden en Estados Unidos y no se fabrican en el país, un aviso en el que luego ha incluido a Samsumg y cualquier otro fabricante de móviles.

Los intimidatorios avisos, que han llegado primero en unos mensajes madrugadores en Truth social y que luego ha ratificado en declaraciones en el Despacho Oval tras firmar órdenes ejecutivas vinculadas a la energía nuclear, han dado, una vez más, otra sacudida a los mercados globales.

La inopinada andanada contra Europa ha llegado primero en uno de los mensajes matutinos en su red social, horas después de participar la noche previa en una polémica cena con los mayores compradores de su memecoin. En el mensaje, Trump ha desestimado las conversaciones en marcha con la UE, ha llegado a decir que “no van a ningún lado” y ha anunciado que “recomienda” imponer directamente el arancel del 50% en meros nueve días.

Horas después, en la comparecencia ante la prensa en el Despacho Oval, ha insistido en esa fecha del 1 de junio pero dejando a la vez una pequeña ventana, siquiera mínima, a la opción de un acuerdo para evitarlo.

Primero, a una pregunta de una periodista sobre si cree que esos nueve días son suficientes para un pacto, Trump ha replicado tajante: "No busco un acuerdo. Quiero decir, hemos marcado el 50%". No obstante, a continuación ha dicho que estaría dispuesto a "posponer" los aranceles a fabricantes europeos que planteen instalar producción en EEUU. Y en otra pregunta sobre si hay algo que la UE puede hacer para evitar el gravamen para sus productos (muy por encima del 20% que inicialmente Trump había marcado en abril), el republicano ha respondido: "Veremos qué pasa".

Tanto en Truth social como en las declaraciones en la Casa Blanca el mensaje de Trump ha replicado los elementos habituales de su diálogo público sobre la UE, incluyendo mentiras, exageraciones y errores. Esta vez ha dicho que el déficit comercial de EEUU con la UE es de 250 millones de dólares, cuando se supone que quería decir 250.0000 millones (aunque es una cifra inflada y que no toma en consideración su superávit en servicios). Ha insistido, además, en la falsedad de que la UE se formó “con el propósito principal de aprovecharse de EEUU en comercio” y también ha dicho que las negociaciones con sus aliados transoceánicos son “muy difíciles”. 

Como ya hizo para anunciar los aranceles que denomina erróneamente “recíprocos”, y que puso en pausa globalmente durante 90 días el 9 de abril (una semana después de anunciarlos), Trump ha acusado a Europa de usar más que “poderosas barreras comerciales”. Concretamente, en Truth Social ha hablado de “IVA, ridículas multas corporativas, barreras no comerciales, manipulaciones de la moneda, demandas injustas e injustificadas contra empresas estadounidenses y más”.  En la Casa Blanca ha señalado en concreto a una multa de 17.000 millones a Apple.

Propuesta europea y críticas de Bessent

El mensaje matutino de Trump elevaba la tensión horas antes de que tuviera que producirse una llamada prevista entre el representante comercial de EEUU, Jamierson Greer, y su homólogo europeo, Maros Sefcovic. Y lo ha ampliado y razonado en sendas entrevistas en Fox News y Bloomberg TV el secretario del Tesoro, Scott Bessent, que ha indicado que el republicano está "frustrado" con la UE" y que considera insuficiente e inadecuada la propuesta que Europa ha hecho en las negociaciones durante la pausa de 90 días (una pausa a los aranceles mal llamados "recíprocos" que no eliminó una 10% universal para todas las importaciones globales ni los gravámenes a importaciones específicas como el aluminio y acero o los vehículos) .

La última propuesta presentada por Bruselas, según informaba la agencia 'Bloomberg' hace un par de días, pone sobre la mesa una reducción gradual de aranceles que acabaría con la eliminación total de los gravámenes en algunos productos agrícolas clave y bienes industriales. Asimismo, incorpora ideas que tienen en cuenta intereses de EEUU, incluyendo derechos laborales internacionales, estándares medioambientales y seguridad económica, y delinea inversiones mutuas y compras estratégicas en energía, inteligencia artificial y conecitivdad digital.

Bessent se encarga más de las negociaciones con países asiáticos, mientras las europeas están supervisadas por el secretario de Comercio, Howard Lutnick. Pero ha sido el secretario del Tesoro el que ha ido a las televisiones, sugiriendo que el mandatario considera la propuesta europea de peor calidad que algunas "muy interesantes" planteadas por asiáticos y ha llegado a sugerir que Europa no está negociando "de buena fe".

El titular del Tesoro ha querido interpretar la amenaza como un potencial incentivo para que Europa "reaccione de una vez". Y no ha escatimado críticas, apuntando a su visión de que en la UE existe "un problema de acción colectiva". "Son 27 países, pero los representa un grupo de Bruselas y lo que me llega es que algunos de los países ni siquiera saben lo que la UE negocia en su nombre", ha dicho Bessent.

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Apple

Este viernes también, en un mensaje en su red social incluso más temprano que el dedicado a Europa, Trump ha amenazado a Apple con aranceles del 25% para los iPhones fabricados fuera de EEUU. Esa intimidación llega una semana después de que el mandatario criticara públicamente durante su viaje al Golfo a Tim Cook por los planes de Apple de incrementar la producción en India. Aunque no hay datos públicos definitivos, se estima que el 90% de los iPhones se montan en China y recientemente el 'Financial Times' publicó que Apple pensaba trasladar a India la producción de unos 60 millones de dispositivos.

“Hace mucho que informé a Tim Cook de Apple que espero que los iPhone que se van a vender en EEUU sean fabricados y producidos en EEUU, no en India ni en ningún otro sitio”, ha escrito Trump en su Truth, amenazando con el arancel del 25%.

Un arancel tan especifico como ese posiblemente fuera replicado por Apple con una demanda, creando turbulencias en una relación que la empresa fundada por Steve Jobs claramente ha tratado de apaciguar. El gigante tecnológico fue una de las compañías que recibió el regreso de Trump a la Casa Blanca con anuncio de grandes inversiones en EEUU. En su caso, concretamente, realizó en febrero un anuncio de que invertirá medio billón de dólares en EEUU en los próximos cuatro años.

Quizá consciente de que señalar en particular un producto de una empresa es legalmente más que cuestionable, en el Despacho Oval Trump ha asegurado que el arancel no sólo sería para los iPhones de Apple sino "para todos los fabricantes" de móviles, entre los que ha citado específicamente a Samsung. También ha dicho que baraja ponerlo en vigor "a finales de junio".

Turbulencias

Con los dos mensajes Trump agitaba aguas que se habían calmado, relativamente, respeto a la guerra comercial que ha abierto a escala global, especialmente desde que hace dos semanas Washington y Pekín acordaron una tregua de 90 días en su enfrentamiento arancelario que no eliminó totalmente pero redujo sus aranceles mutuos.

Precisamente unas horas antes del mensaje de Trump el presidente chino, Xi Jinping, hablaba por teléfono con el canciller alemán, Friedrich Merz, intensificando la campaña para tratar de alejar a gobiernos europeos de Washington y acercarlos a Pekin. El mensaje del líder chino, según un resumen oficial de la conversación, no mencionaba al presidente estadounidense pero ofrecía a Pekín como un socio económico del que Alemania y toda la UE se puede fiar. "Debemos consolidar la confianza política mutua", ha dicho.

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