Guerra en el Este de Europa

Corea del Norte enviará a miles de trabajadores para reconstruir la región rusa de Kursk y limpiarla de minas

La cooperación entre Moscú y Pionyang está intacta hasta el punto de los norcoreanos se implicarán en la reconstrucción y desminado de zonas recuperadas

Archivo - Un edificio destrozado tras un ataque en la región rusa de Kursk (Archivo)

Archivo - Un edificio destrozado tras un ataque en la región rusa de Kursk (Archivo) / Europa Press/Contacto/Vladimir - Archivo

Adrián Foncillas

Adrián Foncillas

Pekín

Para un roto y un descosido, para pelear y adecentar el desaguisado. Miles de norcoreanos viajarán en breve a la región rusa de Kursk, convertida en un solar tras los virulentos combates de invierno y primavera. Su misión será reconstruir las infraestructuras en esos cientos de kilómetros cuadrados que Rusia recuperó tras meses de ocupación ucraniana gracias a la cooperación de sus camaradas de armas norcoreanos.

La medida fue anunciada durante la tercera visita en tres meses a Pionyang de Sergei Shoigu, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia. Serán dos brigadas de 5.000 hombres y otro millar de zapadores para expurgar de minas el terreno, según la agencia de noticias Tass. “Tras la expulsión de los invasores del suelo ruso, hemos acordado seguir con nuestra constructiva cooperación”, ha dicho Shoigu. “Esta es la clase de asistencia fraternal del pueblo norcoreano y de su líder, Kim Jong-un, a nuestro país”, ha añadido.

Un soldado ucraniano, en una posicion de mortero en la frontera entre Sumi y Kursk.

Un soldado ucraniano, en una posicion de mortero en la frontera entre Sumi y Kursk. / FERMÍN TORRANO

La prensa norcoreana ha mostrado el abrazo de bienvenida, ha desvelado que Putin y Kim se cartean regularmente y ha añadido que en Pionyang se ha hablado tanto de los planes inmediatos como de la estrategia a largo plazo. No concreta el número de efectivos que viajarán a Rusia, quizá porque a su pueblo le cuesta entender que sus jóvenes mueran por un asunto tan lejano y ajeno.

Apoyo invariable e incondicional

Apenas cita la agencia oficial KCNA el "apoyo invariable e incondicional" a Moscú y menciona gaseosos planes para reconocer las "hazañas heroicas" de las tropas norcoreanas. Lo último, juzgan los analistas, apunta a algún monumento en Rusia en memoria de los soldados norcoreanos caídos parecido al que levantará Pionyang. Este fue anunciado en abril por Kim Jong-un para los "héroes que lucharon por la justicia y representan el honor de la patria". Fue la primera admisión del envío de tropas a Rusia.

 No ha tardado Corea del Sur en condenar el plan y mostrar su "grave preocupación" por la pertinaz "cooperación ilegal" entre Moscú y Pionyang. A Seúl le inquietan las consecuencias del compromiso militar en la península y, más en concreto, la transferencia de tecnología rusa al programa de misiles y satélites norcoreano. La reciente victoria del socialdemócrata Lee Jae-myung ha sosegado las relaciones en el paralelo 38 tras las tradicionales turbulencias de los mandatos conservadores. A un lado y otro han callado los altavoces que atormentan a los vecinos de la zona con su atronadora propaganda.

Archivo - Imagen de un militar ucraniano en la región rusa de Kursk

Archivo - Imagen de un militar ucraniano en la región rusa de Kursk / Europa Press/Contacto/Fabien Nachi - Archivo

 También Tokio, con parecidos miedos, ha lamentado el anuncio y vaticinado que "empeorará la situación en Ucrania y afectará a la seguridad regional de Japón", según Yoshimasa Hayashi, secretario del Gabinete. Washington ha deplorado que Pionyang recurra a Rusia para "los fondos que desesperadamente necesita a cambio de mano de obra y soldados".

Arrojo rayano en la inconsciencia

Corea del Sur calcula que su vecino envió 11.000 tropas el pasado año y 3.000 relevistas en este a la campaña de Kursk. Unos 600 soldados habrían muerto, aunque sobre ese número hay divergencias entre los aliados. Fuentes ucranianas les reconocen el arrojo, a veces rayando en la inconsciencia, pero han mostrado sus dudas sobre su preparación para guerras modernas. Corea del Norte es una paradoja global: el país más militarizado del mundo no ha participado en ninguna guerra desde el armisticio de 1953. Ucrania le ha servido para foguear a sus tropas en un escenario real.

Un estudio reciente pormenorizaba el auxilio norcoreano a Moscú. Pionyang ha enviado unos 20.000 contenedores de municiones y artillería pesada. También lanzaderas de cohetes, vehículos blindados y al menos un centenar de misiles balísticos que Rusia dirigió hacia infraestructuras y zonas habitadas. También detallaba el flujo contrario. Moscú le correspondió con equipos avanzados de defensa aérea, misiles tierra-aire y sistemas electrónicos variados desde noviembre del pasado año. Entre ellos figura el potente sistema Pantsir, diseñado para abatir aviones.

 Putin y Kim firmaron un año atrás un acuerdo militar que obliga a la defensa mutua. Su compartida condición de parias de Occidente y las sanciones que ahogan su economía han estrechado sus lazos. Kim viajó a Rusia en 2023, Putin le devolvió la visita un año después y los expertos pronostican que el primero se dejará ver pronto otra vez en Moscú.

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