Alerta en el mar Egeo
Al menos dos muertos y 50.000 evacuados en la ola de incendios que azota a Turquía
Los fuegos, concentrados en la región del mar Egeo del país anatolio, han dañado o destruido completamente más de 200 viviendas, sobre todo en las afueras de la ciudad de Esmirna

Un hombre fotografía el incendio declarado en Cesme, en la región turca de Esmira. / MERT CAKIR / EFE

Al menos dos personas han muerto en Turquía por la ola de incendios que vive el país anatolio desde el miércoles de esta semana, cuando varios fuegos forestales fueron declarados en varias provincias del país. Todos han tenido lugar en la región del mar Egeo y Mediterráneo turcas, azotadas cada año —como España, Italia y Grecia— por varios incendios durante las olas de calor veraniegas.
Estos fuegos, el mayor de los cuales se encuentra localizado en la península de Çesme, en la región de Esmirna, han forzado la evacuación de más de 50.000 personas y han dañado o destruido más de 200 viviendas.
Los dos fallecidos, de hecho, se han registrado allí: uno era un hombre de 81 años cuya casa fue atrapada por las llamas; el otro era un guarda forestal que perdió la vida mientras luchaba contra la expansión descontrolada del incendio.
"Quiero expresar mi gratitud a todo el personal, instituciones públicas, organizaciones, voluntarios y ciudadanos que están luchando con el coste de sus vidas para proteger nuestro país verde", ha dicho este viernes el ministro del Interior turco, Ali Yerlikaya.
De todos los países mediterráneos afectados anualmente por incendios en verano, Turquía es el que más masa forestal ha perdido, a causa sobre todo del mal estado de sus bosques, llenos de plásticos, botellas y cigarrillos esparcidos por el suelo, además de restos de barbacoas, un plan de fin de semana muy popular entre los turcos, a pesar de que realizarlas en terrenos forestales esté prohibido.
Turquía, sin embargo, gusta de buscar razones grandilocuentes a estos incendios y en redes sociales —y hasta en canales de televisión y periódicos— reinan las teorías apuntado a la guerrilla kurdoturca del PKK, ahora en un proceso de paz y desarme con el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, como la causante de estos fuegos, pensados como supuestos actos terroristas.
Nunca han aparecido pruebas de ello, a pesar de que este viernes, un hasta ahora desconocido grupo supuestamente vinculado al PKK ha asegurado estar detrás de los incendios de esta semana. Este presunto grupo —cuya identidad es desconocida— se ha autodenominado 'Hijos del fuego'.
También en Creta y Atenas
No solo Turquía, en el Mediterráneo oriental, ha sido azotada por las llamaradas en la primera ola de calor en Europa de este verano. Este viernes, dos incendios —aunque menores— han afectado también a las afueras de la capital griega, Atenas, y la isla de Creta.
Por estos dos fuegos en Grecia, casi 7.000 personas han tenido que ser evacuadas, sobre todo en el de Creta, donde cientos de personas tuvieron que ser rescatadas del mar tras haber entrado en el agua para huir de las llamas. "Por suerte nadie resultó herido, pero la situación es extremadamente difícil", dijo a la prensa griega el alcalde de la localidad de Irapetra, Manolis Frangulis.
Suscríbete para seguir leyendo
- La IA desvela el mejor sitio para comer en Asturias: ambiente acogedor y comida de 10
- El adiós de Sabina a Asturias: así fue el último concierto del cantautor andaluz en Gijón (que no se perdió ni Santi Cazorla)
- El metal asturiano no encuentra trabajadores: los motivos por los que la mitad de las empresas del sector tiene empleos sin cubrir
- Éstas son las notas de corte de la Universidad de Oviedo para el próximo curso: hay tres grados por encima del 13
- El Oviedo ultima la llegada de dos nuevos jugadores para reforzar su plantilla de Primera
- Malas noticias para los mutualistas asturianos: la devolución de los pagos de más en el IRPF volverá a demorarse (pese a las promesas del Gobierno)
- El Boombastic arranca motores en Llanera con orbayu, buen ambiente y mucha música: Bad Gyal, Lit Killah y Trueno en el estreno del festival
- La singular (y poco cívica) iniciativa con la que se pretende protestar contra un nuevo límite de velocidad en la 'Y