Un 15,2 por ciento de los jóvenes de entre 14 y 17 años sufren sobrepeso u obesidad. Así lo aseguta la Asamblea Anual del Observatorio del derecho a la Alimentación de España 2021 que presentó hace unos días los primeros resultados del primer informe de indicadores sobre Derecho a la Alimentación en España.

El estudio señala además que 143.500 jóvenes entre 18 y 25 años son obesos (4,4%), que un 23% de los menores de 15 años come verduras menos de dos veces a la semana y que el 44% de los niños toma dulces todos los días. Además un 9,5% de los jóvenes entre 14 y 17 años y un 12,1% entre 14 y 18 años comen comida rápida más de cuatro veces a la semana.

Efecto secundario de la pandemia

La pandemia de Covid-19 no ha sido muy beneficiosa en este aspecto, pues es notable el incremento de niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad. Unos datos a los que se le une una investigación de la Universidad americana de Georgia, la cual sugiere que esta situación es una muy mala noticia para el sistema cardiovascular de los niños, tanto en el presente como en el futuro.

El estudio, que se publica en «Pediatric Obesity», ha visto niveles significativamente más altos de grasa visceral y rigidez arterial en los jóvenes con sobrepeso, lo que sugiere que la grasa abdominal probablemente contribuye a los problemas cardiovasculares en los niños.

La grasa visceral es la que se encuentra en el abdomen y la que se infiltra en los órganos vitales y la rigidez arterial obliga al sistema cardiovascular a trabajar más para bombear sangre por todo el cuerpo, señalan los expertos, pues cuanto más rígida sea la arteria, más rápido se moverá la sangre a través de esos vasos sanguíneos, y eso puede ser perjudicial y sobrecargar su sistema.

Los estudios sobre los riesgos cardiovasculares en los jóvenes son escasos, pero los investigadores creen que las alteraciones del sistema cardiovascular que conducen a enfermedades y ataques cardíacos probablemente comiencen en la niñez y la adolescencia.

Los investigadores utilizaron tecnología conocida como absorciometría de rayos X de energía dual, o DXA, para medir los niveles de grasa corporal en los niños. Es una técnica utilizada habitualmente en la investigación de huesos y hormonas y ahora se está volviendo más común su uso para analizar la grasa corporal porque brinda a los científicos la misma información que las exploraciones tradicionales. Además, es más rápido, menos costoso y no requiere grandes dosis de radiación como lo hacen otras exploraciones. Asimismo, también evaluaron cuánto tiempo tardaba la sangre de los participantes en el estudio en llegar desde la parte central del cuerpo a las extremidades inferiores, una forma estándar de evaluar la rigidez arterial.

Otro signo de alerta es que a los niños se les diagnostica cada vez más diabetes tipo 2, una enfermedad que antes solo se veía en adultos. El sobrepeso es un factor de riesgo importante. De los participantes del estudio, 145 habían sido diagnosticados de diabetes.