Sin duda alguna, la playa es el destino favorito para disfrutar durante el verano. Son muchos los que adoran bañarse en el mar, descansar y relajarse frente a la orilla, mientras que los más pequeños se lo pasan en grande saltando las olas o haciendo castillos de arena.

Además de ser divertido, relajante y estimulante, el "plan playero" tiene importantes beneficios para el desarrollo de los niños.

Para comenzar, favorece la conexión padres-hijos, pues los arenales permiten "reconectar" con nuestro niño interior y con los recuerdos de la infancia de nuestras propias vacaciones en familia. Todo ello ayuda a conectar con los hijos y a disfrutar del momento con intensidad. Asimismo, contribuye a la socialización de los niños, pues la playa es el escenario perfecto para que los menores hagan nuevas amistades.

Los beneficios no acaban aquí, pues ir a la playa ayuda a mantener los niveles adecuados de vitamina D, algo de vital importancia, pues son varios los estudios que alertan del déficit que hay de esta vitamina en la población, afectando tanto a adultos como a niños. Se trata de un nutriente importante que ayuda al cuerpo a incorporar el calcio procedente de los alimentos que ingerimos, contribuyendo de este modo a la salud del sistema óseo. Además, desempeña un papel muy importante en la salud del corazón y combatiendo infecciones.

Muchos no lo saben, pero jugar con arena tiene grandes beneficios, caso del fomento de la creatividad, la coordinación óculo-manual, el fortalecimiento de los músculos de la mano, el fomento de la concentración o el desarrollo de los sentidos, entre otros, además de contribuir a su desarrollo motor. Asimismo, es importante animar a los niños a explorar y experimentar con los elementos naturales que encuentren en la playa, como piedras, conchas o caracola, así como a observar el comportamiento del mar y las olas, y a experimentar con la arena y el agua, pues todo ello les permitirá adquirir grandes conocimientos mediante la observación y la experimentación natural.

Otro de los beneficios de la playa es que el agua del mar mejora la piel en caso de dermatitis atópica, una condición de la piel que afecta a un 20% de los niños, y que se manifiesta en forma de sequedad, aspereza, picor, enrojecimiento y eccemas. Al contener magnesio y otras propiedades, alivia la irritación y el picor. También mejora la salud respiratoria, ya que el mar actúa como una especie de spray natural rico en yodo, que permite despejar las vías respiratorias, expulsar el exceso moco y mejorar los síntomas en caso de estar resfriado, padecer rinitis o alergia al polen. Y es que, en general, la playa y el contacto con la naturaleza mejoran la salud.

No puede pasarse por alto que la arena de la playa, el olor a brisa marina, el sonido rítmico de las olas y el azul del mar contribuyen a la relajación, alivian el estrés y la ansiedad y aportan calma. No en vano, muchos audios y vídeos concebidos para ayudar a evadirnos y relajarnos utilizan sonidos del mar para despejar la mente. Esto conlleva un mejor descanso, pues los pequeños llegan a la noche más relajados y esto les ayuda a conciliar el sueño y a dormir de forma reparadora.