La York School, una de las escuelas de inglés pioneras en Oviedo, inaugura el próximo 4 de octubre un nuevo curso. Y ya van 36, pues estos son los años que han transcurrido desde que abriera sus puertas por primera vez en el número 9 de la calle Muñoz Degrain.

Más de tres décadas de andadura que hacen que, al hablar de enseñanza de idiomas en la capital asturiana, y más concretamente de inglés, sea inevitable aludir a la que se ha convertido en la academia de referencia para la gran mayoría de ovetenses, pues desde su apertura, en 1986, miles de alumnos y generaciones enteras de asturianos han pasado por sus aulas y han salido de ellas hablando inglés.

Concebida desde sus inicios como un negocio local y cercano, la York ha formado parte del corazón de barrios ovetenses como Teatinos, Centro, Argañosa, Ciudad Naranco o, más recientemente, la Florida. Sin perder ese espíritu familiar y vocación de cercanía, esta academia ovetense ha ido creciendo y modernizándose hasta liderar la enseñanza de inglés en Oviedo durante las últimas dos décadas. Ignacio de Miguel, actual director del centro, destaca que, el verdadero desafío para una pequeña empresa como la suya, "es saber innovar para adaptarse a un entorno tan cambiante y competitivo". En su opinión, crecer empresarialmente durante los primeros años "es difícil, pero lo realmente complicado es lograr mantener la calidad que te ha llevado a estar arriba. Para ello no hay otro camino que trabajar duro, innovar en aquello que crees que puedas mejorar, y desde luego situar la satisfacción de tus clientes y alumnos- como tu prioridad".

Exterior de una academia de York Idiomas en Oviedo

Después de tres cursos marcados por la pandemia y sus restricciones, el equipo de York Idiomas afronta este nuevo curso que acaba de comenzar con optimismo y, sobre todo, con muchas ganas. "Los últimos tres años han sido un verdadero desafío, pero demostramos que podíamos seguir trabajando bajo condiciones muy complicadas. Eso nos ha dado fuerza y ánimo para afrontar este curso sin restricciones con mucha ilusión", indica su jefa de estudios, Nuria García.

Una escena que se repite a menudo en sus locales es la de algún padre o madre que lleva a sus hijos a la academia a la que él o ella misma había asistido 25 o 30 años antes. Para Carmen Valledor, secretaria de "La York de Muñoz Degrain" desde el año 1988, es "emocionante reencontrarte con exalumnos que recuerdas de niños, con 8 o 10 años, y que ahora vuelven como padres que traen a sus hijos a la misma academia de su infancia".

Y es que, sin duda alguna, York Idiomas representa un modelo de enseñanza y una filosofía de empresa muy alejada de los denominados "métodos milagro", "enseñanza low cost" o esas cadenas de franquicias que se apoyan de grandes y llamativas campañas de marketing. Lo suyo es algo muy distinto. "Las franquicias siempre han estado ahí, con mayor o menor fortuna. Aún recuerdo modelos muy rompedores como Opening o Wall Streen Institute, que acabaron como acabaron", apunta Ignacio de Miguel. "Nosotros apostamos por el trabajo bien hecho y la honestidad con nuestros alumnos. Queremos acompañarles durante las diferentes etapas de su vida, y eso solo se consigue ganándose su confianza con el trabajo bien hecho y estableciendo una relación cercana y sincera”, concluye su director.