Deja que tus hijos se aburran, pues tiene múltiples beneficios

El aburrimiento y la monotonía benefician el desarrollo de los menores y potencian muchas cualidades como la concentración o la paciencia, además de la creatividad

Un niño aburrido. | C | OTTONBRO STUDIO / PEXELS

Un niño aburrido. | C | OTTONBRO STUDIO / PEXELS / Elena Casero

Elena Casero

"Papá, mamá, me aburro". Seguro que esta frase les es más que familiar a muchos y muchas, pues seguramente la habrán oído cientos de veces, especialmente en los viajes en coche, fines de semana o períodos vacacionales. En cuanto los niños o niñas la pronuncian, muchos padres intentan entretenerles con una tablet, la televisión, un cuento o pinturas para colorear. Aunque lo hacen con su mejor intención, lo más recomendable y beneficioso para sus hijos sería que no hicieran nada.

La razón es muy clara: el aburrimiento es la palanca impulsora para desarrollar la creatividad y adentrarse en una situación donde sea posible inventar juegos o situaciones. Los niños son capaces de dar vida como juguete a cualquier elemento, desde a un palo que pueden usar como espada a una cuchara y unos boles una batería, o un árbol una guarida. Sin duda, aburrirse es la mejor oportunidad para potenciar cualidades como la curiosidad, la alegría y la confianza. Sin normas de por medio, el niño va desarrollando sus reglas, explora y crea.

Expuestos a demasiada hiperestimulación

Sin duda, el aburrimiento infantil puede convertirse en uno de los retos de la crianza, sobre todo en estos tiempos en los que la conciliación familiar brilla por su ausencia y el ritmo de vida adulto apenas nos deja tiempo para dedicarnos a estar con nuestras hijas e hijos. Si a esto se le suma la hiperestimulación con la que muchos niños y niñas conviven, expuestos/as desde la más tierna infancia a pantallas y juguetes con luces brillantes y sonidos estridentes, la situación con la que nos encontramos no es precisamente idílica. Aun así, que no cunda el pánico, pues tampoco hay que preocuparse en exceso. El hecho de que los pequeños se aburran no supone ningún tipo de problema. Si bien es cierto que los menores necesitan crecer en un entorno rico en estímulos adecuados a su edad para tener un desarrollo óptimo durante la infancia, tampoco es necesario tener planificado cada minuto de cada día de sus vidas.

En algunos casos, los pequeños se enfrentan a horarios llenos de actividades académicas y extraescolares que pueden llegar a resultar extenuantes y que no dejan tiempo para la improvisación, y mucho menos para el aburrimiento. Y el aburrimiento, aunque tenga tan mala prensa, también tiene aspectos positivos. Y es que se ha demostrado que cuando tenemos tiempo para aburrirnos es cuando podemos dar rienda suelta a la imaginación y a la creatividad. Mientras estamos realizando actividades organizadas podemos tener la mente ocupada, pero no se está favoreciendo el pensamiento propio.

Por ello, es importante quitar la carga negativa del término pues, como señalan los expertos en psicología, el aburrimiento puede ser incómodo pero no es malo. Se trata de algo inherente al ser humano, porque somos curiosos por naturaleza. A los niños les permite ser creativos, ir más allá de las pantallas, descubrir el mundo y buscar su entretenimiento de forma activa.

Asimismo, inciden en que el uso de dispositivos electrónicos es un entretenimiento pasivo, por más que tenga una intensa actividad de estímulos sensoriales en un videojuego. Por ello, la próxima vez que los pequeños se aburran, en lugar de darles una tablet o encenderles la televisión, lo mejor que se puede hacer por ellos es enseñarles a divertirse y entretenerse, no de darles el entretenimiento servido.