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Las niñas en la educación: sembrar igualdad para cosechar futuro

Cada 11 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Niña, una fecha que busca visibilizar los desafíos que enfrentan las menores en todo el mundo y promover su empoderamiento

Niñas en un aula.| |  PEXELS

Niñas en un aula.| | PEXELS

Este sábado, 11 de octubre, se conmemora el Día Internacional de la Niña, una fecha que busca visibilizar los desafíos que enfrentan las menores en todo el mundo –entre ellos en el ámbito educativo– y promover su empoderamiento para que ejerzan plenamente sus derechos

En el contexto educativo, las niñas han hecho progresos notables: su acceso a la escuela, las tasas de alfabetización y la continuidad de estudios han mejorado en muchas regiones. Sin embargo, persisten barreras que condicionan sus trayectorias escolares. Cada año, 133 millones de niñas no asisten a la escuela en el mundo., y muchas abandonan prematuramente la enseñanza secundaria, enfrentándose a desigualdades estructurales.

Obstáculos persistentes

Entre los principales factores que limitan el desarrollo educativo de las niñas se cuentan los estereotipos de género, las expectativas sociales, las cargas domésticas desiguales y, en contextos vulnerables, la violencia de género y el matrimonio infantil forzado. La pandemia agravó esas barreras, pues se estima que 11 millones de niñas podrían no haber regresado al colegio tras el confinamiento.

Y es que en cualquier parte del mundo, la educación es más que adquirir conocimientos: es abrir puertas, ampliar horizontes y fortalecer la voz de las niñas. Para que ellas puedan transformarse en motor de cambio, es clave combatir las brechas que todavía persisten.

Buenas prácticas en educación

Una educación de calidad y equitativa necesita ir más allá del acceso. Implica ambientes escolares seguros, recursos suficientes, formación docente con perspectiva de género, programas de mentoría y referentes femeninos. El empoderamiento de las niñas se incrementa cuando ocupan roles de liderazgo en clase, participan en ciencia y tecnología, en deportes, en proyectos culturales o en debates, rompiendo con la cosmovisión limitada de lo que "una niña puede ser o hacer".

Por ejemplo, en el ámbito STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), aunque las niñas tienen la misma capacidad, su proporción sigue siendo baja en muchas aulas universitarias y centros técnicos, debido en buena parte a una socialización temprana que las aleja de estos campos.

Crear espacios dedicados para estimular vocaciones, clubes científicos mixtos, talleres de programación y proyectos escolares con perspectiva de género son estrategias que ayudan a que las niñas exploren sin miedo sus intereses, incluso en áreas todavía dominadas por hombres.

Rol de las instituciones educativas y la sociedad

Las escuelas y los sistemas educativos tienen un papel central. Deben integrar la igualdad como eje transversal, crear protocolos de prevención de acoso, garantizar que los libros de texto incluyan mujeres relevantes en distintas disciplinas y promover actividades que visibilicen el potencial femenino desde los primeros cursos.

Las familias también juegan un papel decisivo al compartir las tareas domésticas, animar a las niñas a elegir sin prejuicios y mostrar ejemplos de mujeres en profesiones diversas. Las políticas públicas, por su parte, deberían respaldar becas, líneas de apoyo y programas específicos para niñas en riesgo educativo.

Mirar hacia el futuro

Invertir en la educación de las niñas no es un gesto simbólico: es sembrar justicia, progreso y estabilidad. Es apostar por mujeres que lideren decisiones, que innoven, que participen en comunidades rurales o urbanas por igual. Cuando escolarizamos, protegemos y capacitamos a una niña, no solo transformamos su vida: movilizamos el potencial colectivo de una sociedad.

Este sábado, 11 de octubre, al hablar de niñas y educación, no basta con celebrar lo logrado: hay que renovar compromisos, cuestionar barreras invisibles y trabajar juntos para que ninguna niña quede atrás. Educación e igualdad deben caminar unidas, porque cuando una niña crece con alas, toda la sociedad aspira más alto.

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