Jonás Alonso Martínez tiene tantas internacionalidades como Quini pero al contrario que sucede con el mito del Sporting muy pocos en Asturias lo conocen. Una de las diferencias es que los 35 partidos que disputó “El Brujo” fueron con la selección española mientras que el de Posada de Llanera lo hizo con la de Andorra. Una trayectoria que le ha permitido enfrentarse a jugadores como Zidane, Kluivert, Figo o Shevchenko, intercambiarse la camiseta con Puyol en un partido contra España, disputar encuentros de la Intertoto, previas de la UEFA y conocer un fútbol que, alejado de los grandes focos, ha ido poco a poco evolucionando.

La carrera de este exfutbolista, que jugaba de central y que ahora tiene 54 años, comenzó en el equipo del Colegio Los Robles, en Pruvia, y de ahí pasó al que entonces se conocía como Juventud Asturiana, de Oviedo, ahora denominado Juventud Estadio, donde empezó a destacar, llegando a ser convocado en su segundo año de juvenil por la selección asturiana. Más tarde fichó por el Atlético de Lugones, con el que consiguió el ascenso de Preferente a Tercera División. Un logró que le sirvió para que el Sporting se fijara en él y lo fichara para jugar en su filial.

Jonás Alonso fichó por el FC Andorra y allí se casó y tuvo un hijo, por lo que le dieron la nacionalidad y pudo jugar con la selección

El llanerense no llegó a un filial del Sporting cualquiera, sino al que quizás fue el mejor de toda su historia. Jonás Alonso Martínez formó parte de la conocida como generación de los “yogurines”, en la que compartió alineación con Abelardo, Luis Enrique, Juanele, Manjarín o Tomás, entre otros. Él formaba como central junto a Abelardo y, arrasando en casi todas las jornadas, lograron el ascenso a Segunda B en la temporada 1988-89. 

En su segunda campaña como rojiblanco, la 1989-90, en una de las ocasiones en la que subió a entrenar con el primer equipo, se lesionó gravemente del tobillo al saltar por un balón con el portero Ablanedo y estuvo seis meses de baja, regresando ya para el final de la temporada. Fue el año en el que, especialmente Abelardo, y otros como Luis Enrique o Manjarín de manera más esporádica empezaron a jugar con el primer equipo rojiblanco, entonces en Primera División. “De aquel equipo llegaron a jugar cinco internacionales juntos en la selección española”, rememora Jonás Alonso, que ahora trabaja en un hotel de Oviedo.

"De aquél filial del Sporting que subimos a Segunda B llegaron a estar juntos cinco jugadores en la selección española", destaca el de Posada de Llanera

Cuando terminó esa temporada, Jonás tenía 23 años, el Sporting no le renovó y le tocó buscarse un nuevo destino. “Me fui al Gandía, de Segunda B, en Valencia, allí se fueron también otros asturianos como Cudi y Rogelio”, explica. Tras una buena temporada en el Gandía le llegó una oferta que le cambió la vida. El FC Andorra -equipo que ahora es conocido por ser propiedad del jugador del Barcelona Gerard Piqué-, que entonces jugaba en la Segunda B española, le hizo una propuesta y le fichó. Allí estuvo tres temporadas y allí se casó y tuvo un hijo, lo que le permitió acceder a la nacionalidad andorrana y jugar con su selección. 

“Por entonces, la Federación se acababa de formar y la selección hacía poco que se había fundado, se empezó por la absoluta, por entonces yo ya tenía 29 años, pero jugué con Andorra hasta los 37”, explica el llanerense. El último partido, rememora, fue en los Balcanes contra Macedonia. En todo ese tiempo se enfrentó a la Francia de Zidane, Desailly o Thuram, “que fueron campeones de Europa y del Mundo”, cuenta. Los partidos los solían disputar en Barcelona o en Lérida ya que en esa época Andorra no tenía campos de suficiente entidad como para medirse a selecciones tan importantes. 

"Pero si yo nací al lado de El Requexón", le dijo a Onopko, entonces jugador del Oviedo, en un Rusia-Andorra

Entre las anécdotas que ha vivido está la de encontrarse con Onopko en un partido contra Rusia, siendo el ucraniano en esa época jugador del Oviedo y capitán de la selección rusa. “Pero si yo nací al lado de El Requexón”, le explicaba Jonás a un sorprendido Onopko tras el encuentro que enfrentó a los rusos con los andorranos. Otra de las que recuerda con cariño fue cuando en un partido de las rondas previas de la UEFA, en la etapa en la que jugaba en un equipo llamado Principat, convencieron a un tal Sandro Rosell, años después presidente del Barcelona, para que fuera su delantero. “Teníamos buena relación con él, por entonces trabajaba para Nike, y le convencimos de que jugara de delantero con nosotros contra el Ferencvaros húngaro”, explica.

Para Jonás fue “una suerte participar en un proyecto así y jugar con gente de tanto nivel”. La selección de Andorra, en su etapa, llegó a sumar cinco puntos en la fase de clasificación del Europeo, “que para un país de 75.000 habitantes no está nada mal”. Le cuesta decir cuál de los jugadores a los que se enfrentó le causó más impresión, aunque, pensándolo un poco, destaca a Figo: “Por entonces estaba en su mejor momento y era imparable”, dice. 

"El jugador que más me impresionó fue Figo, cuando jugué contra él estaba en su mejor momento y era imparable", rememora

Constituir una selección obliga a hacer una Liga y Jonás, tras su paso por el F. C. Andorra, que competía y compite en la española, se incorporó a equipos andorranos con los que ganó títulos, disputó la Intertoto y la fase de clasificación de la UEFA. La gente como él, procedente de España y de otras partes con mucha tradición futbolística, fue la que ayudó a evolucionar este deporte en Andorra. “Año tras año íbamos mejorando”, dice. 

Hace diez años volvió a España, al Principado de Asturias y a su pueblo, Posada de Llanera. Trabaja en un hotel de Oviedo, sector al que también se dedicó durante sus años viviendo en el otro Principado, el de Andorra. En cuanto al fútbol, sigue de cerca al Llanera: “Es un orgullo que esté en la categoría que está (Segunda RFEF), hace poco ganó un par de partidos a alguno de los gallitos de la categoría, ojalá que se mantengan”. También le gusta ver al Sporting y al Oviedo y mantiene algo de relación con jugadores como Abelardo, al que se encuentra de vez en cuando. Jonás se fue a Andorra para ganarse la vida jugando al fútbol cuando ni existía “youtube”, hizo una vida allí y pudo jugar contra algunos de los mejores del mundo. Un camino diferente al de sus compañeros en el filial del Sporting pero que también le llevó a codearse con el olimpo del fútbol mundial.