Llanera tiene un buen número de edificaciones promovidas por indianos del concejo que, como desde otros tantos lugares de Asturias, partieron a hacer las Américas regresando algunos con fortuna con la que luego dejaron su impronta en el municipio. Quinta Rosita es una muestra de las muchas construcciones de este tipo que atesora el territorio llanerense, aunque no de las bien conservadas. Situada en Portiella (Ables), pese a su mal estado -se ha derrumbado el techo y con él algunos elementos decorativos de la parte superior del inmueble que lo hacían singular-, es de carácter neohistoricista y está rodeada de una hermosa finca. No falta la típica palmera que suele ser seña indiana en el exterior y si uno toma la "Caleya El Emigrante", camino que la recorre por uno de sus laterales, las partes del muro de cierre derruidas dejan observar el interior de la propiedad, que aún en su decadencia permite imaginar el esplendor que debió representar en un tiempo pasado.

Quinta Rosita, en Portiella (Ables). P. Tamargo

Entre otros lugares, hay ejemplos también notables de arquitectura indiana en las parroquias de Posada, Santa Cruz, Lugo o San Cucao. En esta última se encuentra, por ejemplo, la Casa de los Pintado, en un excelente estado pues se encuentra rehabilitada y habitada, con varias galerías de madera que embellecen el exterior de sus fachadas, actualmente pintadas en tono rojizo.

Lateral de Casa de los Pintado, en San Cucao P. Tamargo

En San Cucao, hay casonas asturianas que fueron posteriormente ampliadas por quienes hicieron fortuna y a las que se añadieron balcones, galerías y miradores, según explica Ramón Rodríguez, director del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), en su libro sobre Llanera. Cita precisamente la Casa de los Pintado y también otras como la denominada Casa del Médico, Casa de Doña Pepa, Casa Pacha o Casa Pepe Carlos. Entre "las mejores casas de San Cucao", Rodríguez menciona la conocida como "El Chalet", datada en 1900 y con abundante decoración de hierro fundido en balcones y en la parte alta de la edificación, donde destaca una hermosa terraza sobre una de las zonas del tejado.

Vista parcial de "El Chalet", en San Cucao. P. Tamargo

Hay más construcciones notables, aunque varias en no muy buen estado de conservación, pero destacan asimismo dos edificaciones que no son viviendas, sino obras que los indianos desarrollaron para beneficio de la comunidad. Se trata de las escuelas de Robledo, en Lugo de Llanera, que impulsó el indiano Casildo López Martínez, y que es "el único ejemplar de arquitectura escolar indiana de estilo historicista que hay en Asturias", se señala en la obra del RIDEA.

Por otro lado, también obra indiana es la antigua plaza de abastos de Posada, que hoy alberga la Escuela Municipal de Música tras su rehabilitación en 1996 y que sigue siendo en la actualidad uno de los edificios más notables de la capital del concejo, Levantado entre 1924 y 1926 por iniciativa del emblemático Club Llanera de La Habana, tiene interés por dos motivos, subraya Ramón Rodríguez, porque "es el último mercado hecho en Asturias que continúa la tradición de la arquitectura de hierro y también el único de la región que con seguridad puede ser atribuido a la emigración".

Edificio de la antigua plaza de abastos de Posada, hoy sede de la Escuela Municipal de Música. P. Tamargo