Ainhoa Brea ha terminado su curso académico en la Universidad de Long Island, también la competición deportiva y nada más hacerlo ha tomado el camino de vuelta a casa, a su lugar de residencia, Soto de Llanera, y a entrenarse con su club de toda la vida, el Llanera Atletismo, donde Rubén Palizas, el técnico con el que comenzó en este deporte, la sigue supervisando. A sus casi 21 años, la asturiana se sube con una sonrisa en Posada a la furgoneta del club , junto a los más pequeños del equipo, para desplazarse todos juntos a las instalaciones del CAU, en Oviedo, donde se entrenan dos veces por semana. Los chavales tienen muchas cosas que preguntarle sobre su vida en Estados Unidos, un mundo que les parece muy lejano, y apenas la dejan respirar. Ella, con paciencia, les cuenta que vive en "una ciudad muy bonita", una isla en el Estado de Nueva York donde, además, le ponen todas las facilidades para continuar con una formación, el doble grado de Matemáticas y  "Business Administration", que es tan importante como el deporte.

La llanerense ha conseguido tener y mantener la beca completa y tiene cubiertos los gastos de estudios, alojamiento y hasta del "material escolar" para estudiar en una buena universidad y vivir en una ciudad en la que ya lleva tres años y en la que tiene pensado seguir otros tres más: "Tengo pensado quedarme los dos años que me quedan del doble grado y uno más para hacer un máster, el entrenador me ha dicho que puedo seguir", explica.

Ella es una pieza importante del equipo con el que compite en la Liga Universitaria, que tiene como mascota un tiburón, y con el que participa en sus tres distancias predilectas, 1.500, 3.000 y 5.000 metros, aunque la primera de ellas es su favorita y en la que suele hacer las mejores marcas. Sus inicios fueron los de una niña inquieta que conocía a otra chica que hacía atletismo: "Me gustaba correr, fui bastante pesada con mis padres y a los 9 años me apunté a atletismo". Todo una vida junto a Rubén Palizas y Antonio Fernández, los dos entrenadores que fundaron el club en 2002, con los que poco a poco fue destacando y obteniendo cada vez mejores resultados.

Lo de irse a Estados Unidos a continuar con su carrera deportiva siempre la atrajo: "Sentía que la gente que iba allí a hacer deporte es porque era muy buena, supongo que por lo que veía en las películas". El primer contacto lo tuvo cuando estaba en 4º. de la ESO en el Colegio Meres y una empresa se puso en contacto con ella a través de una red social para hablar de esta posibilidad. "Mis padres me dijeron que para eso tenía que ser muy buena", explica. Eso bastó para que se aplicara aún más en los entrenamientos y mejorar todavía más sus marcas. Además, ella quería ir a un equipo "de Primera División".

Aunque en la competición en la que participa, "lo importante es que el equipo gane", Brea reconoce que su deporte no deja de ser atletismo, donde "corres contra ti mismo". Si bien, entre las disciplinas que allí tienen una importancia de la que carecen aquí están "los relevos": "Allí hay relevos de 1.500, 800, 400 y mixtos", cuenta.

Compatibilizar estudios y deporte allí no es un problema, aunque requiera de un esfuerzo importante, porque la flexibilidad es enorme: "Este año ya tuve que hacer prácticas, pero allí todo es muy flexible y más práctico". Ella, de hecho, puede elegir cuándo dar sus clases para que no le interrumpan sus entrenamientos, que a veces son de dos sesiones. Eso sí, este año tuvo "muchas clases por la noche"; que la hacían llegar a casa tarde y "muy cansada" después de entrenarse dos veces.

Los sueños deportivos que tiene en el horizonte son ambiciosos y sabe que no será sencillo alcanzarlos: "Este año tuve buenas marcas, pero me gustaría competir en los Nacionales antes de graduarme; para eso tengo que conseguir hacer los 1.500 en 4.20 minutos", explica, algo difícil de alcanzar, aunque su entrenador, Rubén Palizas, puntualiza que "lo puede conseguir, no es fácil pero lo puede conseguir".

Su entrenador se enorgullece mucho de lo que ha conseguido Ainhoa Brea y disfruta escuchando las cosas que le cuenta. "El método de entrenamiento que tiene allí no es muy diferente al nuestro", explica con entusiasmo. El club llanerense cuenta con 65 niños, prácticamente todos de Llanera, y que puede presumir de llevar "siempre a gente a los campeonatos de España". Pero si de algo presume Palizas es de que "tres de las cuatro matrículas que se han dado en el Instituto de Llanera son del equipo de atletismo". Un club que, con esos ejemplos y con el Brea, ahora su gran referente, demuestra que "el deporte es la mejor escuela".