Había ganas de volver a participar en la Fiesta de la Bicicleta de Llanera, que regresó ayer tras dos años de parón por la crisis sanitaria. La cifra de participantes superó las expectativas: más de trescientos inscritos que se apuntaron a la ruta que salió de Posada y recorrió varias zonas rurales del municipio y que agotaron las camisetas de color fosforito que repartió el Ayuntamiento con el lema “Llanera, corazón de Asturias”.

Los ciclistas partieron poco después de las once de la mañana, tras apuntarse en el polideportivo de la capital llanerense, donde se formaron largas colas desde una hora antes del comienzo de la actividad. En el exterior de las instalaciones, un gran ambiente en el que se distinguían, sobre todo, muchas familias con niños, además de grupos de amigos. Haber hubo de todo, solo aficionados al pedal algunos y más expertos otros, pero lo que se vio en cualquier caso fue mucha ilusión de participar en esta cita, la número veintinueve de un evento que se echaba de menos por la parada forzosa a la que obligó el covid.

Entre los grupos en los que se combinaba familia y amistad, el de Zósimo González, Ares González, Gala González, Marta Díaz, Macos Estrada y Yara Estrada, todos vecinos de Llanera y que se juntaron para pedalear unos y para acompañar otros, los más pequeños, bien sujetos y seguros en las sillas portaniños en la parte trasera de las bicicletas.

Jonathan Pérez y Loreto Fernanández, ambos de Posada, esperaban en el exterior del polideportivo a que la familia de ella se inscribiese. A todos les gusta la bici y practican “cuando se puede”, pero en el caso de ayer se trataba de acudir a una convocatoria “que está muy bien y ya había ganas después de dos años sin poder hacerlo”. El día acompañó, además. Fue una jornada despejada, “preciosa”, apostilló Fernández.

Niños como Lluvia González, que acudió con su padre, se contaban por decenas. Entre ellos estaban Lucía y Cristhian Redondo, con su madre Isabel Soeiro, todos ellos junto a Tania del Hoyo, Fernando Soeiro, Rubén del Hoyo y Ana Soerio formando un numeroso grupo aficionado a la bicicleta, pero también aprovechando la soleada jornada para disfrutar de un día de convivencia.

La marcha en bici salió del polideportivo de Posada, bien organizada con la colaboración de los agentes de Policía local, entre otros, como los miembros de Asturias en Bici, a los que también se vio ayudando a la buena marcha de la prueba, o el personal del Ayuntamiento de Llanera y ediles, muy volcados en el desarrollo de la cita.

El recorrido transcurrió desde Posada en dirección a Lugo y transitó por varias zonas rurales, entre ellas El Truébano, La Bérvola, Ables, Portiella, Guyame y San Cucao. Desde este último punto tocaba hacer el camino de regreso al lugar en que comenzaron la marcha los ciclistas, el polideportivo de la capital del concejo.

Zona rural del concejo

La popular ruta dejó algunas bonitas estampas en el acceso a Posada, como el momento en que el pelotón tomó dirección hacia Ables dejando ver a lo lejos una marea de ciclistas a buen ritmo, pero sin prisa, disfrutando también del paisaje de los pueblos de Llanera que iba saliendo a su paso.

Fue necesario cortar en ese momento –y en algunos otros puntos del recorrido– el tráfico por unos minutos, pero fue un breve tiempo y con la comprensión de los conductores a la vista de la aceptación de la actividad deportiva dominical en Llanera. Completado el recorrido, ya de vuelta al polideportivo de Posada, se sortearon dos bicicletas entre los inscritos.