Llanera no es tierra de emigrantes. Aunque los indianos dejaron un importante legado en el concejo, las cifras del censo electoral dicen que hoy son pocos los llanerenses que residen fuera de España: solo un 5% de los vecinos con derecho a voto, la mitad de la media regional.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, hay 122.559 emigrantes asturianos con derecho a voto por el mundo, lo que sitúa al Principado como la quinta provincia española con más electores en el extranjero, solo superada por Madrid, Barcelona, La Coruña y Pontevedra.

Estos 122.559 emigrantes, que darían para llenar el tercer concejo más habituado de la región, suponen un 12,7% del censo total asturiano. Esta proporción es muy superior a la de Llanera. El concejo cuenta con 11.989 vecinos en edad de votar, de los que 664 residen en el extranjero. Esto supone un 5% del total.

Esta proporción es muy similar a la de otros concejos vecinos, como Siero, Noreña o Gijón, que muestran un 4%, un 5% y un 6%de población electoral en el extranjero respectivamente. En el caso de Oviedo, el otro gran concejo, que también hace frontera, la proporción es del 15%.

La reforma legal de Zapatero, tras el crecimiento

A diferencia de la cifra menguante de votantes residentes en Asturias, la de los electores de la diáspora no ha dejado de crecer, por ejemplo desde los 90.000 de 2011 hasta estos 122.559 actualizados a 1 de abril de este año, que son un creciente 12,7 por ciento del censo total y presentan una apreciable mayoría de residentes en Hispanoamérica. Esto es así por la dinámica demográfica, pero también una consecuencia de la reforma legal que en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero abrió la mano para otorgar la nacionalidad española a hijos y nietos de emigrantes.

El fin del voto rogado

La reforma legal que prevé acabar con once años de “voto rogado” tiene mayoría parlamentaria suficiente para conseguir que los electores reciban en sus domicilios de oficio, sin petición previa, la documentación para votar. La posibilidad de la descarga telemática de las papeletas tratará de acabar con la demora en los envíos postales del material de votación, otro de los obstáculos recurrentes, y además se establecerán horarios de mañana y tarde en embajadas y consulados y se ampliarán los plazos: de tres a siete días para el depósito del voto en urna y de tres a cinco para el escrutinio.

Todo para facilitar la participación y abolir un procedimiento de “ruego” del sufragio emigrante que se impuso en 2010 por acuerdo entre PSOE y PP y que ahora llega al Pleno del Congreso tras ser aprobado en la Comisión Constitucional con el respaldo de PSOE, PP, Vox, Unidas Podemos, Ciudadanos y PNV y las abstenciones de ERC, Junts y Bildu. La repercusión se verá en Asturias en las autonómicas y las generales de 2023. , pero ya funciona como una advertencia el peso que ha adquirido en la región el censo de residentes ausentes, el CERA.