La "reina" nacional de las ovejas suffolk vive en Llanera, en la parroquia de Santa Cruz, luce orgullosa un vistoso color amarillo, se llama "Selena" y se ha convertido en el ejemplar más laureado de la recién terminada feria de Agropec, en Gijón. Por si fuera poco, disfruta de los mimos de sus propietarios, de manera especial de la pequeña Lucía Rodríguez, de ocho años, que explica orgullosa los laureles de su ejemplar más valioso.

Lucía Rodríguez, acicalando a «Selena». | L. Palacios

"Ganó en cuatro categorías", comenta, tras regresar del colegio y correr rauda a ver a sus animales. "Selena" es la oveja más especial del rebaño propiedad de Rubén Espinosa, de la ganadería Barredo Suffolk. Un animal con el que se impuso como "primera de su sección, mejor hembra, hembra más elegante y campeona nacional". Los mismos premios que consiguió a nivel local en la feria ganadera de Llanera este verano, lo que ha llenado de orgullo a sus dueños.

Tres ovejas del rebaño suffolk llanerense. | L. Palacios

"Empezamos con las ovejas hace diez años y también tenemos una ganadería con sesenta vacas y cebadero de xatos", explica Espinosa, muy satisfecho con los resultados que han ido llegando poco a poco y a base de trabajo y tesón. Porque, de lo que se trata es de "ir haciéndose con buenos ejemplares, seleccionando genéticamente a los animales para mejorar sus condiciones y reproducirlos para que su pedigrí sea el mejor". Así pues, para contar con una campeona nacional ha sido necesario "viajar a Gran Bretaña, de donde es originaria la raza, y comprar allí en subastas y en granjas".

La madre de "Selena", de hecho, es inglesa, pero la oveja campeona, de dos años de edad, ya nació en Llanera. Se trata de un ejemplar del que su dueño destaca su "buen tamaño, la buena estructura y que es muy fuerte de hueso". Se trata de cualidades que comparten los miembros de esta raza pero que en el caso de su oveja se concretan también en "una buena mordida, que es lo primero que miran los jueces, una buena pisada y el hecho de que no tenga ninguna mancha negra, junto con una longitud de las orejas que debe llegar a la comisura de la boca", explica el ganadero.

"Conseguirlo todo no ha sido fácil", asegura Rubén Espinosa, pero una vez logrado, después de una década de selecciones, ahora en su ganadería se centran en la extracción de embriones de este ejemplar para implantarlos en ovejas carranzanas, que actúan como madres de alquiler. "Con ello conseguiremos que este año nazcan unos dieciséis hermanos completos de nuestra campeona y así seguimos mejorando la ganadería", apunta el propietario de "Selena", que estos días se pasea de amarillo junto con las cuatro ovejas del rebaño y el macho que la acompañaron a Agropec. "Se debe a que en Inglaterra tiñen de este color para los concursos con unos polvos vegetales y aquí se sigue la tradición. Dura hasta que las esquilamos", apunta el ganadero, antes de explicar que cada oveja es cuidadosamente peinada y arreglada para su puesta en escena en los concursos, así como que los animales se alimentan de forma rigurosa con pienso compuesto especialmente para ellos a base de avena, maíz y soja", junto con berza y el pasto de los campos llanerenses en los que viven casi todo el tiempo en libertad. Y bien aclimatadas a un tiempo que "es como el suyo en Inglaterra, les va muy bien".

El precio de los corderos suffolk puede llegar a los 1.300 euros por ejemplar, pero no tienen mercado para carne, sino que, como señala Espinosa, "cada vez más gente se interesa en la raza y en la selección para tener una buena carta genética". Afirma el ganadero que "la calidad vende y los concursos y exposiciones están en auge". Para ello también es preciso tener conocimientos de las diferentes razas y la genética de los animales que permita hacer los cruces necesarios para engendrar ganadoras como la suya.

Una oveja de campeonato que "es muy buena, la llevo del cordel desde cordera y encima nació el mismo día de mi cumpleaños", señala la pequeña de Rubén, Lucía Rodríguez, que aspira a tener "un rebañín cuando sea mayor". Mimbres y maña no le faltan.