En Llanera van a por las 450.000 empanadas: así es el obrador de Posada que bate récord de ventas

El establecimiento celebra con los clientes cada 10.000 unidades que despacha: "A la gente le llama mucho la atención lo que hacemos"

La empanada número 450.000 está a punto de salir. La panadería Aldea, de Posada de Llanera lleva desde 2008 celebrando las entregas de esta tradicional elaboración cada vez que suma diez mil unidades más. El pasado mes de julio llegaron a la número 440.000 y, según las estimaciones que manejan, a la siguiente tanda que complete un nuevo récord le falta muy poco y la unidad que lo alcance podría venderse el próximo fin de semana. Una iniciativa que anuncian con un gran cartel en el escaparate del establecimiento, donde es habitual ver largas colas, y que tiene premio para el cliente agraciado con la empanada que sea la responsable de sumar tan notable cifra. El cliente que la pida se llevará la compra gratis.

 “Un día mi mujer Carmen y yo nos preguntamos cuántas llevábamos vendidas, cogimos las facturas de las cajas e hicimos el recuento. En ese momento llevábamos 90.000 y se nos ocurrió premiar la número 100.000 y así llevamos desde 2008, cambiando el cartel cada 10.000 unidades”, explica Raúl Vázquez, fundador del negocio que ahora llevan su mujer y su hija, Rocío. Venden entre 25.000 y 30.000 empanadas al año y ahora las cuentan con un sistema informático que anuncia que la empanada 450.000 está ya casi entrando en el horno.

“A la gente le llama mucho la atención y el día que sabemos que va a salir lo anunciamos en redes sociales pero sin decir de qué es la empanada para que no sepan cuál es”, explica Rocío Vázquez, quien dejó su profesión en el ámbito de la odontología para implicarse en el negocio familiar, que nació en 1994 con el deseo del matrimonio de fomentar los productos asturianos como veían en otras regiones y países en sus viajes vacacionales. Y como base tomaron la receta de su abuela paterna, Diamantina, que era de Figaredo, en Mieres.

La familia estima que el número de empanadas que han elaborado en estas casi dos décadas de actividad es aún superior ya que no contabilizan las que realizan para el servicio de catering que ofrecen: “Son más grandes y equivalen a tres de las redondas por lo que el número es mucho más alto”. Solo cuentan las que venden en el obrador, donde trabajan 18 empleados, y hasta el momento los agraciados con la empanada gratis cada diez mil unidades nunca ha sido el mismo aunque haya una clientela fija. “Por ahora nadie ha repetido, siempre es muy repartido porque le ha tocado tanto a clientes asiduos que vienen todos los días a por el pan como a gente de fuera”, explica el fundador.

Un empleado, colocando cajas para las empanadas.

Un empleado, colocando cajas para las empanadas. / Sara Arias

De hecho, el 80% de los clientes son de fuera del concejo, con muchos de Oviedo, Gijón y Avilés que acuden a Posada a comprar la famosa empanada de Aldea. Las ventas de estos pasteles salados, entre los que incluyen siempre recetas dulces, se centran en la primavera y el verano, principalmente, aupadas por las fiestas y romerías. “Desde Martes de Campo a San Mateo no paramos, son días en los que puedes vender 500 empanadas tranquilamente”, detalla Rocío Vázquez. Aunque nota que, en los últimos años, octubre es muy buen mes para las ventas, sobre todo si hace sol el domingo.

Y la clientela tiene siempre 20 sabores para elegir. A las tradicionales de bonito o carne se suman nuevas mezclas de ingredientes que siempre tienen una referencia a Asturias. “La ‘Indiana’, por ejemplo, tiene ingredientes de América pero la bautizamos así porque siempre buscamos un vínculo con la región porque es nuestra filosofía de trabajo”, indica la joven. Por eso, en la carta, no faltan productos regionales como el Afuega’l Pitu o referencias asturiananas en los nombres de las empanadas como la Exconxurada, que rinde tributo a la fiesta de Posada o la de la Cuenca Minera, la empanada que más hacía su abuela Diamantina. “Lleva chorizo, panceta, huevo y pimientos, es parecida al hornazo de Salamanca”.  Pero la más vendida es sin duda la de cecina, queso de cabra y tumaca. “Es la estrella”.

En Llanera van a por las 450.000 empanadas.

En Llanera van a por las 450.000 empanadas. / Sara Arias

Además, otra peculiaridad del negocio es su intensa actividad en las redes sociales que no es de extrañar en una de las primeras empresas en disponer de página web. En 1999 se lanzaron a internet para darse a conocer y poco a poco han ido integrando nuevos servicios como la venta online con reparto por todo el país. Las últimas empanadas salieron rumbo a Barcelona, el País Vasco y Cantabria, aunque Madrid es el principal destino. “Hay mucho expatriado y también gente que nos conoció aquí y luego nos hacen encargos”. También tienen un servicio de reparto a domicilio en la zona centro, “la encargas y la recibes al día siguiente por la mañana”, comenta.

También envían otras elaboraciones que hacen como bollos preñaos y los ñeros, un pan sin miga con relleno que es uno de los éxitos del obrador. Sin olvidar los tradicionales dulces asturianos que preparan como casadiellas, marañuelas o el pastel de helado Peña Santa. Unas viandas que también recorren el mundo. Y las empanadas también viajan por el mundo. Los clientes de Aldea se llevan una caja de vacaciones para hacerse la foto en el lugar de destino, en alguno de los emplazamientos más emblemáticos. Y tienen imágenes de todos los continentes.

Y la empanada número 450.000 saldrá próximamente a la venta para seguir celebrando con los clientes su producto más destacado.