El Palacio de Vidriera: la quintana de Llanera en la que pasó temporadas uno de los políticos más influyentes del siglo XIX

Alejandro Mon estuvo muy ligado a la parroquia de Bonielles, en cuya iglesia se conserva su tumba

La casa El Palacio de Vidriera.

La casa El Palacio de Vidriera. / S. A.

S. A.

En Vidriera, parroquia de Bonielles, pasó temporadas uno de los políticos asturianos más importantes del siglo XIX, Alejandro Mon y Menéndez. Fue ministro de Hacienda, diplomático, presidió el Consejo de Ministros durante nueve meses y fundó la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas. Una prolífica vida profesional que también tuvo ecos en lo personal, con un romance imposible.

Mon vino al mundo en Oviedo en 1801, aunque su familia tenía gran arraigo en el concejo de Llanera. De hecho, está enterrado en el templo de San Nicolás de Bonielles. Se trata del caserío conocido como El Palacio, una quintana tradicional asturiana de la que da cuenta la antigüedad de sus muros, que rodean por completo la vivienda que, en la actualidad, se encuentra habitada.

Jardín de la propiedad.

Jardín de la propiedad. / S. A.

Allí pasó temporadas el político asturiano, que era hijo de Miguel Mon y de Miranda y de Francisca Menéndez de la Torre. Fue bautizado como Alejandro Vicente en la iglesia de San Tirso de Oviedo, apadrinado por Vicente González de Caces, y el lugar donde vino al mundo es hoy la calle Mon.

Así se desprende de la biografía escrita por Gonzalo Fernández de la Mora, miembro de la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas en 1984. Al político lo describe como "una síntesis española de su tiempo: su intimidad fue la de un romántico y su obra la de un positivista. La vida del asturiano estuvo agitada por el amor torturado y la pasión enérgica. Acusó vehemencias, aunque de distinto signo, en el ámbito privado y en el público. Y el legado político de Mon fue la racionalización de la Hacienda nacional, inspirada en el centralizado y simplificador modelo napoleónico".

Iglesia de Bonielles, donde está enterrado Alejandro Mon.

Iglesia de Bonielles, donde está enterrado Alejandro Mon. / S. A.

Mon estudió Leyes en Oviedo y en 1833 fue nombrado secretario de la Superintendencia de Policía de Madrid, iniciando su carrera política que le llevó a ser cinco veces ministro de Hacienda y ha trascendido en la historia por la reforma tributaria que acometió en 1845 para modernizar la Hacienda de España, también apostó por el ferrocarril y las industrias transformadoras siendo uno de los políticos más relevantes del siglo XIX.

En su carrera también hay actividad diplomática con destinos en embajadas, su actividad como diputado y académico. Pero también en el plano personal. Según la biografía de Fernández de la Mora, en 1838 tuvo un hijo con Rita Martínez Lorente, viuda de Domingo de Torres Harrinet, fallecido ese mismo año. La mujer dio a luz al que era su tercer vástago en París, que no inscribió como póstumo de su recién fallecido esposo. Al cabo de los años, Mon, que permaneció siempre soltero, obtuvo un rescripto real para legitimar a Alejandro Mon Martínez. 

La finca de Ca El Palacio, en Vidriera.

La finca de Ca El Palacio, en Vidriera. / S. A.

De este romance, hay una carta que escribe en 1837 a su íntimo amigo, Pedro José Pidal y Camiado, que dicta así: "¡Me felicitas!, pues soy el hombre más desgraciado que hay en el mundo. Si supieras la pena que me aflije y el ningún remedio de disipar la causa que la produce, tal vez me compadecerías. No tengo valor para quitarme la vida, por lo demás las consecuencias de no existir me son agradables, existir no. No entenderás nada de esto, más vale así y ojalá que no haya que aclarártelo!"

Fernández de la Mora cuestiona "¿qué desventura podía ser la suya? No una enfermedad mortal, puesto que Mon vivió casi medio siglo más. No el fracaso político, puesto que es felicitado, seguramente por su reciente acta de diputado. No el dinero, pues esa es una de las necesidades que mejor pueden satisfacer los demás. Sólo una tragedia sentimental explica esta carta. Mon estaba angustiado porque esperaba descendencia de una dama casada".

Uno de los laterales de la iglesia de Bonielles.

Uno de los laterales de la iglesia de Bonielles. / S. A.

Fruto del idilio nació Alejandro Mon Martínez. Heredó de su padre las propiedades familiar "y, por obra y gracia de Cánovas, también el acta de diputado". Soltero y sin hijos, murió en Oviedo el 20 de abril de 1911. Y sus restos mortales también reposan en la iglesia de la parroquia.

Más allá de este romance, Mon ha trascendido como uno de los políticos más respetados, "el hacendista más destacado de la España contemporánea y uno de los pocos gobernantes de verdadera talla que registró nuestro siglo XIX", señala Fernández de la Mora.

Vista de la propiedad de Ca El Palacio, en Vidriera.

Vista de la propiedad de Ca El Palacio, en Vidriera. / S. A.