Parroquia a parroquia

Arlós, tierra de grandes quintanas y verdes de naturaleza pura: así es la parroquia guardiana del templo de Santiago

La localidad cuenta con dos palacios solariegos y muestras de patrimonio etnográfico de primer nivel como la panera policromada de Cenizal

Arlós (Llanera)

Arlós tiene una de los grandes tesoros patrimoniales de Llanera, la iglesia románica de Santiago, alrededor de la cual se articula la parroquia. En torno al templo creció esta localidad como una de las más provechosas en cuanto a la explotación agroganadera del territorio, de la que dan muestra las quintanas asturianas, grandes paneras y hórreos que se encuentran al paso por esta zona del concejo donde en la actualidad habitan unos 350 vecinos. 

“Es sin duda la joya de la parroquia, además de ser un sitio especial, el más bonito de Arlós. Fue reformada hace poco por el Principado de Asturias, que le hacía bastante falta, y este año se recreó un instrumento que aparece en uno de los canecillos de la iglesia, la rota de Arlós, y se hicieron varios conciertos”, explica Donato García Campa, presidente de la Sociedad de Festejos Santiago de Arlós, que es la entidad de este tipo más longeva del municipio. “Desde que se fundó en 1976 todo el mundo colabora”, destaca. 

Desde la iglesia románica de Santiago de Arlós se divisa una gran estampa de la parroquia, con grandes campos de producción que dan una imagen distinta al tradicional minifundio asturiano. “Aquí hay casas muy potentes en las que hubo mucho trabajo de ganadería y agricultura. En su día fue muy pujante porque en todas las casas había ganado, pero ahora quedan solo cuatro o así”. 

Vista de las praderías de Arlós en una imagen tomada desde la iglesia de Santiago.

Vista de las praderías de Arlós en una imagen tomada desde la iglesia de Santiago. / P. T.

Fruto de esta actividad vinculada al campo, la parroquia cuenta con algunas de las construcciones etnográficas más relevantes del concejo como es la panera de Cenizal, del taller de Manuel Muñiz Hevia, que muestra la característica policromía de este constructor, que inició el conocido como estilo Cenizal. En las tallas de la puerta se pueden advertir motivos vegetales y geométricos y flores que se expanden también en las colondas, paredes y vanos de ventilación. “Merece la pena verla”, dice García, nacido en Arlós en 1957. 

Panera de Cenizal

Panera de Cenizal / P. T.

El vigor agroganadero de Arlós estuvo vinculado durante siglos a los grandes caseríos de la parroquia, que dominaban la producción mediante arrendamientos. Entre ellos, destaca el palacio Miyeres, en el lugar de Barredo, y el palacio de La Mota, en Cenizal. La primera es una casona adaptada perfectamente al terreno en pendiente con una vivienda y construcciones auxiliares como dos paneras con tallas en las puertas, una de ellas de 1851. 

En cuanto al palacete de La Mota data del siglo XVII. Se dice que la segunda generación de la familia Valdés, una de las grandes estirpes con solar en Llanera, se asentó en esta ubicación de la parroquia. En la actualidad, la titularidad pertenece a la familia que fue guardesa de la propiedad. También tiene una panera de grandes dimensiones. 

Palacio de La Mota

Palacio de La Mota / S. A.

Además de la actividad agroganadera en el siglo XX se asentó una industria extractiva de espatofluor en la localidad de Lavares. “Empezó después de la Guerra Civil y duró hasta los 80 o por ahí, fue una empresa que generó mucho empleo, también los lavaderos que tenían en Premió, en Las Regueras”, recuerda García. Si bien, los principales empleadores de la parroquia fueron las grandes industrias ubicadas en Avilés, a escasos kilómetros, como Ensidesa, hoy en día Arcelor Mittal, o Asturiana de Zinc: “En la época de güelo iban caminando”, detalla. 

Sin embargo, estos trabajadores fueron abandonando Arlós para asentarse en núcleos más urbanos de Avilés y concejos limítrofes iniciando una pérdida de población que continúa hoy en día. “Se construyeron casas y vino gente nueva en el último tiempo así que a ver si remontamos, Arlós tiene atractivo porque estamos muy bien situados, bien comunicados y es un lugar tranquilo de naturaleza pura”, sostiene. Además, cuentan con servicios públicos como un consultorio médico “pero habría que mejorar el transporte público”. 

Palacio de Miyeres.

Palacio de Miyeres. / S. A.

Una de las cosas de las que más presume la parroquia de Arlós es de la unión de sus vecinos, que cada 25 de julio desde 1976 celebran la fiesta patronal por todo lo alto: “Nunca quedó Arlós sin fiesta, siempre hay romería y verbena de toda la vida, solo faltamos cuando la pandemia pero aquí, incluso los años más flojos, siempre hay alguien que dice, ‘¿este año cómo vamos a hacer las fiestas?’”, comenta García. 

Las fiestas de Santiago de Arlós tuvieron además una singularidad en su programación en las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo que aún se recuerda en la parroquia, un encierro de vaquillas. “Fue gracias a una persona emblemática de esta parroquia, Víctor López a quien todos conocíamos como “El Currante”, fue él quien introdujo las vaquillas porque descendía de gente de Cáceres y tenía sangre taurina”, cuenta. El festejo se celebró desde 1982 a 2002 “con mucho éxito, ese día venía mucha gente de todas partes de Asturias”.

La actual Sociedad de Festejos Santiago de Arlós celebrará en 2026 su 50º. aniversario, que ya están preparando. “Habrá que hacer algo especial, estamos en ello y para ello se trabaja así que ahora tenemos que ahorrar todo lo que se pueda para celebrar que somos la sociedad más longeva de Llanera”. 

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