Parroquia a parroquia
Ables, la tierra de indianos y del poeta Cuno Corquera que no para de crecer en población
Este territorio muestra la arquitectura de la emigración a América con singulares ejemplos como Quinta Rosita y casonas solariegas como la de Los Menéndez

Ables, tierra de indianos y del poeta Cuno Corquera / Sara Arias
La parroquia de Ables, situada a escasos quinientos metros de la capital de Llanera, Posada, es uno de los territorios que más crece en población del concejo. Si bien hace más de un siglo eran frecuente que sus vecinos fueran a buscarse el sustento y un futuro mejor en América. El eco de la emigración se nota al paso por las calles de la localidad, con sobresalientes ejemplos de arquitectura indiana como la villa Quinta Rosita, muestra del esplendor de la época. Ahora las viviendas de diseño vanguardista suponen la nueva tendencia en un lugar que vio nacer al escritor y poeta Cuno Corquera.
"Era empleado de Unión Explosivos Río Tinto de Cayés, pero a él le hubiese gustado ser maestro. Supe que un tío suyo quería que fuese cura y como él se negó, no le pagó la carrera, pero aun así fue un gran escritor de poesía, cuentos y teatro. No le impidió hacer lo que él quería", cuenta Fernando Suárez González, de la directiva de la Asociación de Vecinos "San Juan" de Ables. "Un ejemplo que sirve para conocerle es que cuando sufrió un ictus que le afectó a la parte derecha del cuerpo, aprendió a escribir con la izquierda y así compuso su último libro, ya con sus añinos", añade Suárez, gran conocedor de la historia de la parroquia.

Cuno Corquera. / Sara Arias
Apunta con detalle que los primeros documentos que existen en torno a Ables datan del año 1104 y 1124 en lo que se refiere al templo parroquial de San Juan y el barrio de Andorcio "y en 1.385 hay constancia de que Ables era una de las diez villas existentes en el concejo", señala. Abunda, además, que la mayoría de los vecinos eran campesinos que trabajaban las tierras ajenas o como arrendatarios "pues eran propiedad de los nobles de la época por lo que alguna casa todavía conserva el escudo familiar", precisa.

Casa de los Menéndez o del escudo de los tres castillos. / Sara Arias
Una de estas viviendas es la Casa de los Menéndez, también conocida como la casona del escudo de los tres castillos, ubicada en La Portiella y vinculada al linaje de los Valdés, una de las familias de mayor raigambre del municipio. Aunque no se conoce con exactitud la fecha de su construcción sí se tiene conocimiento de que fue remodelada a finales del siglo XIX y principios del XX y que en la actualidad se encuentra a la venta.
Cerca de allí se encuentra el Recinto Ferial de Llanera, donde el concejo celebra ferias y concursos ganaderos, citas como San Isidro y la Feria Agroalimentaria de Productos Ecológicos de Llanera, así como distintos eventos sociales como el festival de música "Boombastic", al que asisten miles de personas.

Señalización de la Ruta de Los Molinos a su paso por Ables. / Sara Arias
"Lo que empujó la parroquia en el siglo XVIII y XIX fueron los molinos de agua, uno en Zalandrón y otro en Peruyeres. También hubo una mina de carbón, no sabemos dónde, pero existió porque además hay vetas que salen por La Monxa y Rexidoriu", señala Sonia Díaz, presidenta de la entidad vecinal. De hecho Ables es una de las parroquias que atraviesa la Ruta de Los Molinos, de 21,8 kilómetros, donde se puede ver el molín de Casa Paco, que aún conserva la maquinaria.
Pero el verdadero cambio de la parroquia se produjo a finales del siglo XIX con la actividad de Cerámicas Guisasola en la vecina parroquia de Cayés, pues era en Ables donde se extraía la materia prima para la producción de teja y ladrillos que se transportaba por vía aérea, aunque ya no quedan vestigios de esta infraestructura.

Camino en Ables con la parroquia al fondo. / Sara Arias
"Era como un teleférico, fue un invento de la leche en esa época porque iba por vía aérea en unos cajones con 'ruedines' que iban colgados a un cable hasta Cayés", comenta Suárez, quien detalla que las mujeres metían el almuerzo de los hombres en los cajones "y ellos aprovechaban de la que volvía para mandar la ropa a lavar y volvían bien vestidos en bicicleta". Los miembros de la directiva siempre oyeron contar a los mayores de la parroquia que el sistema de transporte "metía ruido que se oía a kilómetros".
Aunque las industrias comenzaban a cambiar la dinámica social de la parroquia fueron muchos los que por aquel tiempo hicieron las maletas para cruzar el charco y buscarse la vida en América. "Ables aportó mucha emigración a México, Argentina, Chile y, principalmente a Cuba y cabe destacar que a la vuelta muchos construyeron las famosas casonas indianas como Casa Tamón, Casa Pin, Casa Saturno, Casa Ramos, Casa Corvera, por citar algunas, y se conservan algunas edificaciones como la Quinta Rosita", concreta Díaz.

La Quinta Rosita de Ables. / Sara Arias
Es sin duda una de las construcciones indianas más emblemáticas del concejo por la belleza de la vivienda y su jardín aunque requiere una importante rehabilitación. Aunque la finca se encuentra cerrada por un alto muro de piedra es posible divisar el edificio desde la verja de entrada, así como en varios puntos donde el cierre se encuentra derruido. "Pasa mucha gente a verla", precisan.
Este fenómeno migratorio que llevaba a los vecinos de Ables a América se observa en la actualidad, pero, en este caso, con decenas de familias que dejan las ciudades de la región para instalarse en la parroquia. "En los últimos diez años es exagerado lo que creció creo que porque estamos muy céntricos y tenemos muy buenas comunicaciones, sin ir más lejos a Posada puedes ir caminando en diez minutos, además está todo muy concentrado y eso ayuda a que haya más casas, todavía hay solares, pero nos vamos quedando sin parcelas disponibles", comenta la directiva.

Una vivienda en construcción en Ables. / Sara Arias
De hecho, la parroquia está llamada a ser una de las que crezcan en población en la próxima década, según un estudio de la Universidad de Oviedo, vinculada a su ubicación estratégica en el centro del centro de Asturias, unas buenas infraestructuras viarias y de transporte público y un entorno rural que es el principal atractivo para los nuevos pobladores de Ables.
Este auge se ha notado, sobre todo, en los últimos años debido al confinamiento de la pandemia que llevó a muchas personas a apostar por viviendas en el medio rural donde poder disponer de terreno al aire libre. "Eso ayudó mucho y hay que decir que la gente joven que llega se integra muy bien y tienen interés por estar en la vida de la parroquia", dice Díaz. Eso lo advierten en las nuevas altas de socios de la entidad vecinal "y participan en todas las cosas que hacemos, desde la cena de Navidad a las fiestas de San Juan", añade la presidenta.
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