Ferroñes, calidad de vida rural en Llanera a pocos minutos de la ciudad: "Tenemos todo cerca"

Los vecinos destacan la tranquilidad y belleza de la parroquia, cuya ubicación y buenas comunicaciones por carretera y tren la convierten en un lugar ideal para residir

Ferroñes (Llanera)

Ferroñes es "calidad de vida" en un entorno rural que está "cerca de todo", de las grandes ciudades de Asturias y de los núcleos más urbanos del municipio o de los concejos limítrofes. Lo dicen los vecinos de esta parroquia de Llanera que disfrutan de la tranquilidad de un lugar que destaca por su belleza paisajístca, a la que contribuyen las estampas que deja la actividad agraria y ganadera que se conserva en un territorio con mucho que contar. La localidad tiene para sí el hito de haber acogido la primera mina de extracción carbonera de Asturias, el yacimiento conocido como “Los Franceses”. La relación con la minería es antigua. “La primera prueba documental que hay de Ferroñes data de 1830-1840, cuando se abrieron las primeras minas en la región, en Ferroñes-Santufirme, que fueron abiertas por un militar francés en el campo de la Palla”, cuenta Andrés Suárez Muñiz, miembro de la Sociedad de Festejos de Ferroñes, que explica que se sacaba hulla y se iba por el puerto de Arnao".

Estos y otros detalles se describen en el libro “Santofirme-Ferroñes, una zona minera en el corazón de Asturias” de Antidio Martínez Álvarez y Álvaro Álvarez Gascón, editado por el Real Instituto de Estudios Asturianos (Ridea) sobre el pasado de una parroquia que hoy cuenta con 200 vecinos y dispone de buenas comunicaciones por carretera y también a través de una estación de tren que une con Oviedo o con zonas de la costa asturiana en apenas 15 minutos.

Quien se llegue hoy a Ferroñes hallará una localidad residencial, rural, con un afamado restaurante, Casa Luis, con los callos como plato estrella de la carta, y un entorno cuidado en el que delante de muchas casas luce un limonero, circunstancia esta que se debe a que el frutal se da bien en la zona y los esquejes han ido pasando de unos vecinos a otros durante décadas hasta estar presentes en buena parte de los jardines y fincas de las viviendas.

Un limonero, en Ferroñes

Un limonero, en Ferroñes / P. T.

También se encontrará el visitante con un paisaje caracterizado por la huella de las actividades rurales, sus caserías típicas asturianas, con vivienda, hórreo o panera y terrenos para la producción agroganadera. “Con la llegada de los polígonos prevaleció el sistema mixto, es decir, el hombre iba a trabajar y las mujeres se encargaban de las labores como complemento”, señala Andrés Suárez Muñiz. En la actualidad solo quedan dos explotaciones lecheras y algo de ganado de carne.

La parroquia vive ahora un auge en lo que respecta a población. Aunque sigue siendo un lugar con baja densidad de viviendas, en los últimos años la llegada de nuevos vecinos ha sido constante. Ocurre desde que "nos empezamos a dar cuenta de que se vive mejor en el mundo rural que en la ciudad”, dice Rocío Estévez Martínez, presidenta de la Sociedad de Festejos de Ferroñes. Con todo, no se trata de ningún "boom", sino de que las casas que había para rehabilitar "se vendieron rápido” y también de que se ha construido alguna nueva.

Estampa de la localidad de Ferroñes.

Estampa de la localidad de Ferroñes. / P. T.

Los vecinos consideran que un cambio en el futuro plan urbano de Llanera para que haya más terreno disponible para la edificación de vivienda unifamiliar favorecería la llegada de nuevos vecinos, pues en la zona ubicación, comunicaciones y disponibilidad de transporte público ferroviario son claves en su atractivo.

“Tenemos una estación de tren que te pone en 15 minutos en Oviedo o en la playa, es un minimetro y luego en coche en 5 minutos llegas a Posada, donde puedes comprar y están los servicios”, sostienen desde el colectivo vecinal de una parroquia en la que viven artistas como la pintura Duli García o el escultor Benjamín Menéndez. “De esta parroquia también era el cardenal Francisco Álvarez Martínez, quien fue primado del Arzobispado de Toledo y fue papable. Es parte de la historia de Asturias, falleció el año pasado en Madrid con 96 años”, explican los vecinos acerca de los personajes ilustres de Ferroñes.

Hórreo en Ferroñes.

Hórreo en Ferroñes. / LNE

Hórreos y paneras son numerosos en la zona, con alguna casa de origen indiano como Ca’ Pepón, y destaca también en la localidad la iglesia de Santa Eulalia, destruida en la Guerra Civil, reconstruida por los vecinos y que cuenta con un tejo de más de doscientos años. En Les Areñes, uno de los cuatro núcleos de Ferroñes, había un castro prerromano, y en el ámbito del área recreativa una ermita que hoy ya no existe.

La parroquia tiene mucho que ofrecer y los vecinos confían en crecer en habitantes, porque residir en Ferroñes es “vivir en el campo pero con todas las ventajas” de tener la ciudad a pocos minutos de distancia. 

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